jueves, 24 de octubre de 2013

La firma

El licenciado Faustino, peatón consumado, saco al hombro y portafolio en mano, llegó por fin -sus zapatos crujían ya de las costuras- a La Hierbabuena, cafetería diminuta donde sólo cabían tres mesitas y un equipal con cadena; el mesero era un delgadísimo joven con cabellera a la Bob Marley y delantal rojo con la contraseña estampada de Edipo: Motherfucker. La cafetería se encontraba en una gran avenida con tantos baches como camiones urbanos cuyos bufidos de motor apenas dejaban oír la música del establecimiento que de todos modos hacía temblar las mesitas a base de percusiones telúricas. ¿Era reggae o banda sinaloense? Faustino se citó en ese lugar con un individuo apodado "el Anófeles" que le propuso, vía Facebook, un negocio "redondo". Exhausto de la mediocre vida resultado de un trabajo provisional donde llevaba más de treinta años laborando sin tregua ni prestación alguna, Faustino resolvió desafiar el destino . ¿Sería este sujeto Anófeles el salvador? Un hombre moreno, muy alto, de rostro joven, pero de pelo blanco, cruzó la avenida y se agachó levemente al ingresar a la modesta cafetería. Extendió la mano: "¿el licenciado Faustino?" Intentó jalar el único equipal visible para sentarse, pero una cadena lo impidió. Acudió el mesero con una silla metálica desplegable. "Aquí tiene mi tarjeta", dijo el moreno alto con sonrisa de niño, mientras tomaba asiento de forma incómoda. Se leía en la diminuta cartulina plastificada: "Doctor Anófeles, Business Coach, P. D." Conversaron un rato sobre el huracán Raymond estacionado en las costas de Michoacán y Guerrero -"¿Será un plantón de maestros?"-, aventuró un chiste sin retroalimentación inmediata el doctor Anófeles que, perspicaz, cambió de tema: "¡cómo ha hecho calor! Se siente sofocado el ambiente, ¿no es cierto?" Faustino, con mapas de sudor bajo las axilas de la camisa, opinó que quizá estuviese alejándose la temporada de lluvias. "Eso ha de ser", sonrió el doctor Anófeles sin dejar de verlo a los ojos. El mesero les entregó unos menús con forma de Tablas de los Diez Mandamientos. Faustino pidió una coca-light y el Business Coach, una cerveza Guinness. El Bob Marley con delantal meneó su frondosa cabellera y exclamó dirigiéndose a la avenida: "sólo tengo Coronita", que al instante aceptó el doctor Anófeles. En cuanto el mesero se alejó, el doctor extrajo un fólder azul que puso sobre la mesa: "es su contrato, licenciado Faustino". Por la acera de enfrente pasaban dos ajustadas microminifaldas con seres humanos dentro. "¡Las mujeres más guapas del país las tiene usted aquí, licenciado Faustino! No sabe cuánto lo envidio", musitó el doctor con una sonrisa de complicidad como si las dos chicas transeúntes de robustas piernas fuesen amantes clandestinas de Faustino. El mesero, ahora con las espesas hebras de pelo color lodo atadas en un chongo, regresó sosteniendo en una mano un enorme platillo volador más que charola, de donde tomó con toda calma y algo de eternidad, primero el refresco light y luego, minutos más tarde, en lo que pasó por la avenida retumbando sobre los baches, una retroexcavadora (¿'revolvedora'; 'trompo'?), luego de secarse la mano en el delantal, en cámara lenta, depositó la botellita de cerveza en la mesa. El doctor Anófeles, echó la cabeza hacia atrás, con la nuez de la garganta en furioso sube y baja, y bebió de un trago la Coronita. Golpeó la mesa con la botellita y sin dejar de sonreír, ordenó a Faustino: "no hay nada más qué decir, licenciado, por favor, firme el contrato." Faustino abrió nervioso el fólder y descubrió dos hojitas escritas a máquina; fingió leer cada cláusula, pero sólo enfocó el monto de la paga. Firmó. Una vez en la vida aparece la oportunidad de jugarse todo a una sola carta. "Fírmeme en los márgenes también, si me hace favor, licenciado". Obedeció de manera automática Faustino y entregó el fólder al doctor Anófeles que lo guardó en algún lugar misterioso. Sobre la mesa, aparte de las botellitas, quedó sólo la tarjeta de presentación: "Doctor Anófeles, Business Coach, P. D." Tan alto como era, el moreno se puso de pie y con un gesto como si firmara en el aire, pidó la cuenta al joven mesero que tenía la cabeza recostada en la barra. "No se va arrepentir, licenciado; ha hecho usted un trato muy bueno. " Faustino se atrevió a formular una pregunta: "¿Qué significan las siglas P. D.? ¿No es una errata? Debe de ser Ph. D., ¿tal vez?". El doctor Anófeles se había retirado ya de dos zancadas cruzando la avenida donde se esfumó tras el humo de los camiones que aceleraban detenidos y hacían chirriar los frenos. El mesero que había soltado su cabellera de nuevo y la meneaba como si se hubiese liberado de una liga represiva, entregó la cuenta sobre una bandejita. "Pero" -balbuceó Faustino- "¿no pagó ya la cuenta el otro señor?" El joven mesero, con la inmensa charola como escudo, respondió mientras auscultaba la punta de una de sus trenzas: "¿Cuál señor? ¿El que se acaba de retirar? Ese no es más que un Pobre Diablo". (MFM)


In the time of chimpanzees, I was a monkey
Butane in my veins and I'm out to cut the junkie
With the plastic eyeballs, spray paint the vegetables
Dog food stalls with the beefcake pantyhose
Kill the headlights and put it in neutral
Stock car flamin' with a loser in the cruise control
Baby's in Reno with the Vitamin D
Got a couple of couches, sleep on the love seat
Someone came in sayin' I'm insane to complain
About a shotgun wedding and a stain on my shirt
Don't believe everything that you breathe
You get a parking violation and a maggot on your sleeve
So shave your face with some mace in the dark
Savin' all your food stamps and burnin' down the trailer park

Yo, cut it!

Soy un perdedor
I'm a loser, baby, 
so why don't you kill me?

Soy un perdedor
I'm a loser baby, 
so why don't you kill me?

Forces of evil on a Bozo nightmare
Ban all the music with a phony gas chamber
'Cause one's got a weasel and the other's got a flag
One's on the pole, shove the other in a bag
With the rerun shows and the cocaine nose-job
The daytime crap of the folksinger slob
He hung himself with a guitar string
A slab of turkey neck and it's hangin' from a pigeon wing
You can't write if you can't relate
Trade the cash for the beef, for the body, for the hate
And my time is a piece of wax fallin' on a termite
That's chokin' on the splinters
Soy un perdedor
I'm a loser baby, 
so why don't you kill me?

Soy un perdedor
I'm a loser baby, 
so why don't you kill me?

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