lunes, 19 de septiembre de 2011

Diseño volador

La Naturaleza posee un diseño inteligente, por tanto, debe existir la inteligencia que la diseñó; es decir, un diseñador inteligente: Dios.
Tal es el razonamiento que consideran prueba válida y teoría científica los teonaturalistas; inluso se ofrece como opción rival de la Teoría de la Evolución de Darwin. Sin embargo, la trampa de los teodiseñadores reside en su concepto de inteligencia que convierten en sinónimo del concepto darwiniano de selección natural de las especies. Ahora bien -ya entrados en elucubraciones delirantes-, si Dios es un misterio que la pobre mente humana no alcanza a comprender sino sólo a temer; y si Dios es algo bueno y placentero para los hombres; y si Dios está en las alturas, allá en el cielo... ¿Acaso dichas características no coinciden con el misterio y temor que produce por ejemplo, un monstruo? Y si el espagueti es bueno y placentero para el paladar humano ¿no es como Dios? ¿Y si el espagueti eleva a las alturas el apetito? Entonces el Monstruo de Espagueti Volador equivale a Dios. Tal es la conclusión a la que llegó el físico Bobby Henderson en el 2005, en Oregon, EEUU. Por tanto, igual que la teoría del diseño inteligente, sugiere Henderson, también debe enseñarse a niños y niñas la Teoría del Monstruo de Espagueti Volador.
Así como el pez es el símbolo de los cristianos, el de arriba es el símbolo del Monstruo de Espagueti Volador
La Iglesia del Monstruo de Espagueti Volador (Church of the Flying Spaghetti Monster)

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