Villano/víctima
"No hay cabrón sin pendejo". En mi diario (año 1978) anoté no sin cierta turbación, dicha cita brutal de un gran amigo de la universidad que me aleccionaba a partir, según él, de su "experiencia en la vida". En otras palabras, "no hay villano sin víctima". Y en nuestra sociedad antropófaga nadie quiere ser víctima. Preferible entonces, ser cabrón, villano. Pero conviene matizar: como toda reducción maniquea, bipolar, la contundente sentencia es falsa en su dilema o dicotomía: ¿a escoger? No. Ambos extremos residen en/suponen la injusticia, se suprime la opción del acuerdo, el diálogo, la justicia. Entre el villano y la víctima, así, cabe el héroe o el superhéroe. O simplemente, el justo. Entre el astuto y el timado, entre el cabrón y el pendejo cabe el inteligente.
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