Atracción del mal
El villano o malvado (el portador o dispensador del mal) ejerce su capacidad de atracción porque nos permite proyectar, canalizar en el personaje, nuestros deseos no de justicia sino de venganza en una sociedad competitiva donde campea la envidia, los celos, el rencor, la tirria, el resentimiento, la rivalidad, la ojeriza, la codicia y el odio.
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