martes, 30 de agosto de 2016

Complot/ O a mí no me van a ver la cara: estoy convencido de que me persigue mi sombra

(amplíese)
Las denominadas teorías de la conspiración (el término "teorías" es irónico, burlón, peyorativo, pues en realidad, se trata de "hipótesis") son aquellas que consideran que todo gran acontecimiento social, político o económico, que trastorne la vida (o la opinión) pública es consecuencia de la maquinación de una fuerza superior y secreta (por lo regular, un grupo de individuos que forman una élite de poder o 'sociedad o agencia secreta', con frecuencia, en torno a un gran líder oculto o misterioso) que no deja nada al azar en el gran juego del poder y del dinero. El conspiracionismo cunde como paranoia social entre quienes se sienten perseguidos (o amenazados) y de inmediato, esgrimiendo alguna teoría conspirativa, se convierten en perseguidores, al detectar y señalar al "enemigo" o "chivo expiatorio". Así, el conspiracionismo se nutre no de información verídica sino de rumores, calumnias, versiones de oídas y dizque "argumentos contundentes y lógicos", disfrazados bajo la forma de revelaciones o secretos develados, que "confirman" lo que ya sospechaban (quienes se consideran "más listos" que quienes los pretenden engañar) desde un principio o a priori sin ninguna clase de datos.

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