-La Ley de Servicio Profesional Docente fue, literalmente, un aperitivo.
-La O por lo redondo. La
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación no es una
organización gremial con demandas particulares, sino un movimiento
político "radical" con un objetivo específico: enfrentar al presidente
de la República.
- Las relaciones de la CNTE con el PRD, en particular con López Obrador, son de vieja data.
-Lo que ocurre hoy en la Ciudad de México es una reedición de lo sucedido
en Oaxaca en 2006. La APPO -con el apoyo de la Sección 22- tomó la
capital del estado durante meses. Mismo esquema y misma impunidad. No
hubo entonces quien impusiera orden ni aplicara la ley.
- No toques en las lápidas. El primero en despertarlo fue el gobierno de
la República al invocar su bendición. Cuauhtémoc Cárdenas deshizo el
hechizo de un soplido y ya llamó a movilizarse contra la privatización
de Pemex; sabe, como el resto de la izquierda, que la CNTE es un
contingente invaluable en esa contienda.
-Todo se ha mezclado. La lucha es contra el "neoliberalismo y las reformas estructurales"
(fragmentos del artículo Propedéutica de Jaime Sánchez Susarrey en Reforma)
-Dos
expertos en movilizaciones sociales viajaron al DF en el contexto del
plantón de la CNTE. Cada uno llegó por su lado a la capital. Cada uno
tiene su historia en acciones que al final han terminado con la
intervención de las fuerzas federales. Alejandro Echevarría, el Mosh,
quien participó en el Consejo General de Huelga de la UNAM que paralizó
la máxima casa de estudios en 1999, se apersonó en la marcha del CNTE
el miércoles. Flavio Sosa, uno de los dirigentes de la APPO que tomó la ciudad de Oaxaca en 2006, estuvo el martes en un desayuno con diputados del PRD.
(columna Bajo Reserva, 29 de agosto de 2013, de El Universal)
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