viernes, 20 de septiembre de 2013
Agamben
En
la mesita del fondo de la cafetería, ya de noche, tras unas gafas
colocadas de forma deliberada a media nariz para evidenciar que él
intenta concentrarse en la lectura de su libro (Signatura rerum, sobre el método
de Giorgio Agamben), de pronto se descubre incapaz de impedir que el
comensal, justo en la mesa de al lado, a gritos traslape sus palabras
con las del texto: "la idea de que todas las cosas llevan un signo"/
-¡Por mí, allá que se rompan su madre/ "que manifiesta y revela sus
cualidades invisibles"/ entre chilangos y maestros de Oaxaca, de
Michoacán, de Guerrero/ "es el núcleo original de la episteme;"/, o sea, si se exterminaran mutuamente toda la bola de cabrones, ¿sí me explico?/ "y si, en ese sentido, todas las cosas (rerum) son conocidas a través de su signatum"/ y ahorita nos avisaran que nadie quedó en pie, que dejaron desértico el pinche DF/ "entonces signatura
es la ciencia a través de la cual todo lo que está oculto es
descubierto"/, dime, neta, respóndeme: ¿a quién extrañarías primero: a
los chilangos o a los maestros?/ "y sin este arte no puede hacerse nada
profundo".
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