jueves, 14 de febrero de 2013

Solicitar que alguien se ponga romántico es pedir peras al alma

La cursilería es parienta ridícula de lo romántico, pariente solemne del melodrama que ordena sobreactuar las emociones conforme a un guión convencional sobre el "Amor" entre Damas y Caballeros sin caballo como debe-ser.

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