La cruz celta hunde sus raíces en la era pagana precristiana y se remonta al año 500
a. de C.
Al combinar el círculo femenino (el útero) y la cruz masculina (los testículos y el falo erecto) forma un símbolo de unión sexual y fecundidad.
La cruz gira en círculo, gira mientras el centro -allí donde el tiempo se para- es el éxtasis, ex la salida de esta (y la entrada a la Otra) realidad.
Significado profundo que queda oculto por la interpretación cristiana, donde la cruz representa la crucifixión;
y el círculo, la resurrección o la entrada a la vida eterna.
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