viernes, 8 de febrero de 2013

Diván sin palabras

Llegar al viernes con ánimo pre- o post-lingüístico echándose en un diván como hizo Gustav Mahler (1860-1911), el gran músico austríaco, en el mismísimo mueble del doctor Sigmund Freud. Y ya relajados, someter las vicisitudes de la semana al filtro del cuarto movimiento -adagietto- de la Sinfonía No. 5 de Mahler. Compuso la pieza entre 1901 y 1902 , transido de asombro y cariiño porque había conocido a la que luego sería su esposa, Alma Schindler (amante y musa de Gustav Klimt, Walter Gropius, Oscar Kokoscha, Alban Berg y otros artistas; Venus que merece comentario aparte).

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