Alfonso Reyes periodista
A quien respira redactando no le preocupan los canastos del género
-Jesús Silva-Herzog Márquez
Los ensayos que Alfonso Reyes dedica al periodismo no aspiran a una teoría del oficio pero elaboran—textos suyos, al fin—una moral. Reyes quiere un periodismo para entendimiento, para la convivencia. Admirador del periodismo británico, Reyes lamenta la condición de nuestros periódicos. Publicaciones estrechas, sosas, belicosas, desaliñadas y mancas. Angosto puente con el mundo si el periódico moderno se cuelga de un par de agencias noticiosas y reduce su labor al acomodo de las notas prefabricadas. El periodismo no es si abdica al espíritu de apreciación. Un periódico no puede ser una "sonaja de los hechos." Es, o debe ser, "escuela de criterio": colegio cotidiano del pensar, del escoger, del preferir. Hacer un periódico no es llenar diariamente los papeles con tinta e imágenes de lo reciente. El periódico es una ventana al mundo pero también es un foro, una escuela cívica pero también estética; centro de información y de reflexión, abastecedor de datos y granjero del gusto. De ahí viene el acento último, o más bien primero, de los apuntes de Reyes. Un periódico es también custodio del lenguaje, es decir, del nosotros. No es tema de gusto.
"La función de la palabra es eminentemente moral. A través de ella se establece esta contextura nerviosa que se llama la sociedad humana. No se vive sin las palabras. Más aún, en el orden auténticamente humano, sólo se vive por las palabras."
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