viernes, 14 de diciembre de 2012

Na(ti)vidad de la conciencia

"1665.Una apacible tarde de otoño, Newton sueña despierto bajo un manzano de Woolsthorpe mientras contempla la Luna... De repente, cae una manzana. De hecho, todo lo que no tiene soporte cae hacia la Tierra. Pero ¿y la Luna? Si carece de soporte, ¿por qué no cae? Como un fogonazo, Newton "ve" la respuesta: ¡sí cae! De hecho, ¡está cayendo... todo el tiempo! La Luna cae hacia la Tierra. Si no fuera así, seguiría una trayectoria recta y desaparecería en el infinito. Dado que su trayectoria se curva hacia la Tierra, quiere decir que cae, pero su 'velocidad de desplazamiento' es tan grande que la caída sólo hace que se mantenga a la misma distancia, en un estado de caída permanente. Ahora bien, si la Luna gira alrededor de la Tierra, ésta lo hace alrededor del Sol, del mismo modo que los otros planetas. ¿El inmenso baile del Sistema Solar tiene el mismo origen, la misma explicación que la caída de una manzana en el huerto de Woolsthorpe, una tarde de otoño? (...) ¿Es, pues, necesario admitir la acción a distancia y aceptar que la Tierra atrae a la Luna a través de cientos de miles de kilómetros de vacío? ¿Que el Sol atrae a la Tierra y los demás planetas?"
-Jean-Pierre Maury, Newton y la mecánica celeste, editorial Blume *******************************************************  

PD- Isaac Newton nació el 25 de diciembre. Por él, por su genio e ingenio, más que por el mito de Jesús, es que deberíamos decir: ¡Feliz Navidad! Así sugieren los ateos, pero cabría complementar de manera más generosa: ¡celébrese la Navidad newtoniana junto con la invención ahistórica genial de Jesús! (MFM)

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