domingo, 27 de mayo de 2018

Triunfo pro-interrupción del embarazo en un país católico: Irlanda /Pro-Choice


El 26 de mayo de 2018 pasará a la historia de la República de Irlanda, país arraigadamente católico (78 por ciento de la población). Una aplastante mayoría votó por el "Sí" en el referendo a favor de legalizar el derecho de las mujeres a decidir sobre continuar o no con su embarazo. Los medios oficiales irlandeses anunciaron que 66.4 por ciento se decidió por que se enmendara la legislación antiabortista actual, en contraste con un 33.6 por ciento que se opuso.

El referendo puso sobre el tablero la terrible injusticia que obligaba hasta hoy a las mujeres con un embarazo no deseado a tener que viajar generalmente al Reino Unido para poder abortar. Se estima que desde 1980 casi 200, 000 mujeres realizaron dicha travesía. 
La llamada Octava Enmienda de la Constitución, que daba igual derecho a la vida de la mujer que a la del feto, será reemplazada por una nueva legislación, que otorga doce semanas para interrumpir un embarazo. Más allá de este período, se contemplan situaciones individuales que deberán ser decididas por dos profesionales de la salud. 
Un emblema de los cambios sociales y culturales de la República de Irlanda, el primer ministro Leo Varadkar, abiertamente gay, afirmó ante la multitud que se congregó en el Castillo de Dublín que "éste es el inicio de una silenciosa revolución que demuestra que el pueblo de Irlanda respeta y confía en las decisiones que las mujeres toman… No más estigma, ni secreto, ni vergüenza". 
El clima era de celebración, pero también de gran emotividad. Abundaban los abrazos, las lágrimas y las declaraciones de solidaridad y simpatía por las mujeres que hasta hoy sufrieron tanto por la supresión de su derecho a elegir.
El sí al aborto no es un hecho aislado: va de la mano de un gran cambio cultural en la República. Hace tres años se legalizó el matrimonio gay. El año pasado, Leo Varadkar se convirtió en el cuarto primer ministro del planeta abiertamente gay, para sorpresa del mundo y de los mismos irlandeses. 
Pero también ha sido clave el desencanto con la Iglesia Católica. A los escándalos relacionados con el abuso de menores dentro de la Iglesia se suma la memoria de las madres solteras irlandesas, supuestamente protegidas en hogares regidos por religiosas, donde eran tratadas sin ninguna compasión, y mucho peor, muchas de ellas engañadas.  Las historias de los bebés arrebatados y entregados en adopción ilegal a "padres decentes" para librarlos de una "madre pecadora" han sido un factor en este referendo. A las madres las engañaban con la cruel mentira de que sus bebés habían muerto durante el parto, tema que fue llevado al cine, basado en una historia real, en la película Filomena, con Dame Judy Dench. Obviamente, con esta cultura de trasfondo, muchas mujeres murieron durante el embarazo por falta de nutrición y cuidados médicos.

Este es uno de los impactos más críticos que el referendo de la República de Irlanda va a tener en el Reino Unido. En la actualidad Irlanda del Norte, a pesar de ser parte del Reino Unido, tiene una legislación mucho más restrictiva que el resto del Reino, donde la ley anti- aborto fue aprobada en 1967. ¿Tendrán que viajar ahora las británicas norirlandesas a la República de Irlanda para abortar? 
(Marta Núñez, corresponsal en Londres, Página 12)

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