jueves, 29 de septiembre de 2016

Meditación lunar

La sacerdotisa se concentra en el océano de lo inconsciente iluminado por la luz hialina de la Luna. Ciñe su cabeza la corona de fases lunares (niveles de ascenso/descenso de profundidad), mientras inmóvil, permanece sentada, situada -toda ella matiz- entre el blanco y negro de las columnas (o verdades extremas) y respaldada así, por el búho, ave nocturna de la sabiduría -al que rinden pleitesía las hermanas selenitas que aún sostienen su verdad ya en blanco ya en negro- que rinde frutos tras develar el telón de las apariencias.

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