La versión de la historia (Peña contra Nieto y viceversa)
-Manuel Falcón
Aun cuando su segundo apellido lo despeña generaciones
abajo, el debut de Peña Nieto como presidente de México, fue espectacular.
Regresaba además, luego de dos erratas azules (Tribilín Fox y Felipito
soldadito), el PRI a los Pinos. Peña lanzó como punta de lanza sustantivas reformas
estructurales, entre las más relevantes: la educativa, la hacendaria y la
energética. Todo parecía indicar que el joven ex gobernador del Estado de
México y su esposa actriz (pero de telenovelas), cabalgarían en caballo de
hacienda sobre suelo parejo el resto del sexenio. Sobre todo porque el
presidente además, había logrado un gran Pacto de caballeros con los pelados de
los partidos de oposición para que las reformas no encallaran en las curules del
Congreso. Pero la realidad política, histórica, pasó factura. En rápida
sucesión de acontecimientos, Ayotzinapa, la Casa Blanca de la primera dama y la
CNTE, estallaron como bombas nucleares (esto es, en el núcleo de poder de Los
Pinos) y ya nada volvió a ser igual: la etapa de arranque triunfalista, esto
es, el Ejecutivo montado en caballo de hacienda, se convirtió en Peña Nieto
jinete de pony. Y pony desbocado.
De inmediato quedó expuesta la lenta y errática respuesta
del área de comunicación social de Los Pinos. Tardaron mucho en atender el
conflicto de los normalistas rurales de un pueblo que nadie ubicaba en el mapa
hasta que la magnitud del problema alcanzó niveles internacionales. ¿Por qué no
aparecieron al instante los comunicadores del presidente para ofrecer una versión
oficial de la crisis de un ayuntamiento
perredista de un estado gobernado por el PRD? Para cuando el gobierno
federal decidió enfrentar el incendio mediático provocado por los 43, ya la
oposición le había dado vuelta a la versión de la masacre entre Rojos,
Guerreros Unidos y Normalistas Rurales y toda la culpabilidad y responsabilidad
del acontecimiento brutal fue a parar al copete de Peña Nieto: "crimen de Estado" ¿Cómo fue posible
dicho búmerang de comunicación?
Igual ocurrió con la noticia de la Casa Blanca: los
agarraron con los dedos en la puerta. El presidente se sacó de la manga al
duende disfuncional Virgilio como Secretario de la Función (circense) Pública;
y mandó a su esposa a dar explicaciones de cómo había comprado, peso a peso,
rompiendo el cochinito de Televisa, la lujosa mansión blanca por fuera, negra por dentro. Para al
final, instalado en titubeo disléxico, ¡pedir perdón! Y ahora está ardiendo
sobre las carreteras el problema de los dizque maestros de-CNTE-s. Y de nuevo la
disputa por la versión de los hechos de Nochixtlán. Conviene aquí recordar a
Michael Ignatieff: "tus adversarios intentarán definirte y si logran tener
éxito, te habrán vencido, así que debes mantener el control de tu propia historia"
(en Fuego y cenizas: éxito y fracaso en política, editorial Taurus, 2014). El gobierno
de Peña Nieto primero decide defender la Reforma Educativa (rebajada ahora con agua a Modelo Educativo), pero luego de los asesinatos durante la protesta en la citada población, decide "dialogar" con los maestros,
aceptando así su versión de que los ocho muertos son responsabilidad de la Policía Federal. ¿Por qué el gobierno no ofreció
ipso facto una versión oficial del desbloqueo de la carretera? Ya no cabe duda:
existe un caracol baboso de gel en las oficinas de Comunicación
Social de Los Pinos.
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