domingo, 31 de julio de 2016

Editorial para Sanlunes

La versión de la historia (Peña contra Nieto y viceversa)
-Manuel Falcón
Aun cuando su segundo apellido lo despeña generaciones abajo, el debut de Peña Nieto como presidente de México, fue espectacular. Regresaba además, luego de dos erratas azules (Tribilín Fox y Felipito soldadito), el PRI a los Pinos. Peña lanzó como punta de lanza sustantivas reformas estructurales, entre las más relevantes: la educativa, la hacendaria y la energética. Todo parecía indicar que el joven ex gobernador del Estado de México y su esposa actriz (pero de telenovelas), cabalgarían en caballo de hacienda sobre suelo parejo el resto del sexenio. Sobre todo porque el presidente además, había logrado un gran Pacto de caballeros con los pelados de los partidos de oposición para que las reformas no encallaran en las curules del Congreso. Pero la realidad política, histórica, pasó factura. En rápida sucesión de acontecimientos, Ayotzinapa, la Casa Blanca de la primera dama y la CNTE, estallaron como bombas nucleares (esto es, en el núcleo de poder de Los Pinos) y ya nada volvió a ser igual: la etapa de arranque triunfalista, esto es, el Ejecutivo montado en caballo de hacienda, se convirtió en Peña Nieto jinete de pony. Y pony desbocado.
De inmediato quedó expuesta la lenta y errática respuesta del área de comunicación social de Los Pinos. Tardaron mucho en atender el conflicto de los normalistas rurales de un pueblo que nadie ubicaba en el mapa hasta que la magnitud del problema alcanzó niveles internacionales. ¿Por qué no aparecieron al instante los comunicadores del presidente para ofrecer una versión oficial de la crisis de un ayuntamiento perredista de un estado gobernado por el PRD? Para cuando el gobierno federal decidió enfrentar el incendio mediático provocado por los 43, ya la oposición le había dado vuelta a la versión de la masacre entre Rojos, Guerreros Unidos y Normalistas Rurales y toda la culpabilidad y responsabilidad del acontecimiento brutal fue a parar al copete de Peña Nieto: "crimen de Estado" ¿Cómo fue posible dicho búmerang de comunicación?

Igual ocurrió con la noticia de la Casa Blanca: los agarraron con los dedos en la puerta. El presidente se sacó de la manga al duende disfuncional Virgilio como Secretario de la Función (circense) Pública; y mandó a su esposa a dar explicaciones de cómo había comprado, peso a peso, rompiendo el cochinito de Televisa, la lujosa mansión blanca por fuera, negra por dentro. Para al final, instalado en titubeo disléxico, ¡pedir perdón! Y ahora está ardiendo sobre las carreteras el problema de los dizque maestros de-CNTE-s. Y de nuevo la disputa por la versión de los hechos de Nochixtlán. Conviene aquí recordar a Michael Ignatieff: "tus adversarios intentarán definirte y si logran tener éxito, te habrán vencido, así que debes mantener el control de tu propia historia" (en Fuego y cenizas: éxito y fracaso en política, editorial Taurus, 2014). El gobierno de Peña Nieto primero decide defender la Reforma Educativa (rebajada ahora con agua a Modelo Educativo), pero luego de los asesinatos durante la protesta en la citada población, decide "dialogar" con los maestros, aceptando así su versión de que los ocho muertos son responsabilidad de la Policía Federal. ¿Por qué el gobierno no ofreció ipso facto una versión oficial del desbloqueo de la carretera? Ya no cabe duda: existe un caracol baboso de gel en las oficinas de Comunicación Social de Los Pinos.

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