jueves, 18 de septiembre de 2014

El tamaño de la hadita sí importa

Campanita no es diminuta: es justo del tamaño de la libido de Peter Pan. 
Por eso él aún no la comprende: "¡es absurdo que sientas celos de Wendy!", le recrimina el niño-duende a la hadita, pues obstinado en no crecer jamás (Neverland), Peter se resiste a escuchar la musicalidad de su (auto)conciencia erótica: la campanita del deseo. ¿Por qué se impacienta Campanita? Porque ya conoce la clave del desarrollo, sabe la medida necesaria del crecimiento, posee el hilo de Ariadna para salir del laberinto angustioso del miedo a crecer, la llave que abre la cerradura, la cerrazón de Pan que tiene pánico de experimentar en su cuerpo la luminosa descarga de energía erótica o el polvo mágico de Campanita que lo hará volaaar.

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