viernes, 26 de septiembre de 2014

De la memoria: ¿dónde está?

La persistencia de la memoria, 1931, Salvador Dalí (amplíese)
Arrojado por la marea psíquica un blando reloj-párpado yace cerrado ¿olvidado? en la arena. Blandos son tres de cuatro relojes. Y una vez que un reloj se ablanda libera el tiempo del inconsciente, se abre al sueño ¿lo mide? Mientras, el futuro está pendiente de la frágil rama de un árbol seco, trunco: miedo al porvenir. El pasado ya fue, está muerto: una mosca se posa sobre el cadáver dobl(eg)ado del otro reloj. Pero, he ahí un reloj de bolsillo sobre el cual hormiguea la vida: es el tiempo presente, el aquí y ahora, la conciencia alerta ¿con prisa?, angustiada, cerrada a la visión profunda, pues no tiene tiempo más que de atarearse y preocuparse por sufrimientos y problemas. De ahí la necesidad del olvido, de archivar el trauma original, de cerrar el gran párpado ¿olvidado? y arrojarlo en la arena: la memoria. PD-Adviértase el recuadro de agua, el esfuerzo de la conciencia despierta por contener, marcar límites a la marea del inconsciente. El recorte geométrico ordena: ¡no hagan olas!

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