domingo, 14 de septiembre de 2014

Don Étimo y los huracanes femeninos/masculinos

El huracán denominado por el National Hurricane Center como Odile (que los locutores mexicanos de radio y televisión repiten mocosuena en inglés: 'odil') es un nombre femenino (por la -e final) que equivale en español a Oda, Odila, Odilia, Otilia u Odette; en masculino es Odo, Odilo, Odilón, Otilio, Otelo.
Conviene no confundir huracán (palabra prehispánica de origen taíno, lengua indígena del Caribe, que significa 'centro del viento'; en maya: 'corazón del cielo') con ciclón (vocablo acuñado en 1789 por el oficial británico Henry Piddington, con préstamo del griego kyklon que significa 'moviéndose en círculos, en espiral', de kyklos: 'ciclo, círculo'. El oficial inglés presenció las terribles tormentas que azotaban la India. De ahí que la palabra ciclón se emplee más bien para los fenómenos meteorológicos lluviosos que se producen en el océno Índico o en la India) ni con tifón (que se aplica para las copiosas tormentas asiáticas de Indochina y las Filipinas)  ni tornado (viento en espiral vertical, más del estilo trompo de polvo como el que transportó la casa de Dorothy, en Kentucky, a la ciudad Esmeralda del Mago de Oz).
Por cierto, el inventor de la escala de medición de huracanes, el ingeniero Heriberto Zafiro o Herbert Saffir (1917-2007), formuló cinco categorías según la fuerza de los vientos, para clasificar los huracanes y organizar así, estrategias de prevención y protección urbano-civiles; y el fundador del Centro Nacional de Huracanes, Robert Homer Simpson (nacido en 1912... ¡que aún vive: tiene 101 años!) le echó la mano al inge Zafiro para afinar la escala, no sólo midiendo la fuerza de los vientos sino la cantidad de agua y el rumbo de los huracanes. Surgió así, en 1969, la escala Saffir-Simpson usada ya en todo el mundo.

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