Llegó el circo
El Hombre-Bala
Estruendo y humo: lo dispara un cañón.
Cruza como una piedra el vacío concentrado
y cae en la red al otro extremo del Circo.
(Todo lo que protege es también abismo.)
Entre las dos funciones, en la barraca,
juega con cañoncitos que no hacen ruido.
El Hombre-Bala se ha quedado sin voz.
Su oído ya no escucha. Su cerebro es de humo.
Día con día la piel se hace de plomo.
El año entrante será un cartucho quemado.
-José Emilio Pacheco, Premio Reina Sofía de Poesía y Premio Cervantes
3 comentarios:
No hay contraste en el escrito y no se puede leer.
Falcon cambia de color el fondo del escrito porque no se puede leer.
Felicidades JEP
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