sábado, 21 de noviembre de 2009

Sabadito suavecito

Zeus, dios griego ducho en el manejo del ADN, se transformó en cisne para así seducir y poseer a Leda. De dicha unión, nacieron los gemelos Cástor y Pólux. Cástor en condición de mortal y Pólux como inmortal. Porque Zeus, amante celoso, no estaba seguro de que ambos fueran sus hijos. Cuando Cástor fue asesinado, Pólux solicitó descender al reino de los muertos para tomar el lugar de su hermano. Zeus, conmovido ante la prueba de amor fraternal, reunió e inmortalizó a Cástor y a Pólux en la constelación de Géminis.
De Jean-Philippe Rameau, Tristes apprêtes, pâles flambeaux, de la ópera Castor et Pollux, 1737



Tristes apprêts, pâles flambeaux,
Jour plus affreux que les ténèbres
Astres lugubres des tombeaux,
Astres lugubres des tombeaux,
Non, je ne verrai plus que vos clartés funèbres.
Non, Non, je ne verrai plus que vos clartés funèbres

Toi, qui vois mon cœur éperdu,
Père du jour, ô soleil, ô mon pére !
Je ne veux plus d'un bien que Castor
Et je renonce à la lumière

Tristes apprêts, pâles... ( bis )

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Tristes preparativos, pálidos cirios.
Día más espantoso que las tinieblas
Astros lúgubres de las tumbas,
No, ya no veré sino vuestros destellos fúnebres.
Tú, que ves mi corazón deshecho,
¡Padre del día, oh sol, oh mi padre!
No quiero más que el bien de Cástor
Y renuncio a la luz.

1 comentario:

Colibrí dijo...

Gracias por compartir el poema, una faceta desconocida para mí de Falcón.