Comentario de Solange Márquez:
-Lo que pasa hoy en Venezuela no es un golpe de Estado. Un golpe de Estado implica el rompimiento del orden constitucional, ese orden ya había sido roto por el propio Nicolás Maduro al disolver la Asamblea Constituyente (equivalente a nuestro Congreso) elegida democráticamente; eso sin contar con todo lo hecho desde hace años contra la Corte Suprema y el órgano electoral. Así, no se puede romper algo que no existía antes.
Comentario de Mauricio Meschoulam:
-1. Hasta el momento los datos que tenemos han fluido lenta y confusamente, lo que entre otras cosas refleja una guerra informativa. Maduro busca minimizar lo ocurrido y manifestar que todos está bajo control, mientras que Guaidó busca transmitir la idea de que la mayor parte de las fuerzas de seguridad y la población le respaldan.
2. La liberación de Leopoldo López entre otros factores, como la aparente detención de un comandante en Maracay, sin embargo, sí son indicativos de que al menos ciertos sectores de las fuerzas armadas respaldan a Guaidó.
3. Como contexto, el cerco que venía imponiendo Maduro sobre Guaidó, en las últimas semanas se venía cerrando. A principios de mes, el gobierno pidió retirarle la inmunidad y se pensaba que se estaba preparando el terreno para su posible arresto. Ayer mismo, las fuerzas de seguridad le impidieron llevar a cabo una manifestación.
Estos factores indican que Guaidó podría estar pensando, no necesariamente en terminar con el gobierno de Maduro en este punto, sino en mantenerse relevante, garantizar la supervivencia de su movimiento y asegurarse de no ser arrestado. Si este era realmente su objetivo , podemos decir que sus pasos han sido eficaces puesto que, por primera vez en mucho tiempo, ha recuperado la iniciativa de las acciones y el foco mediático. Todos eso hace más difícil que Maduro piense hoy en detenerlo.
4. Con la información actual es imposible dimensionar el tamaño del respaldo militar con el que cuenta Guaidó, pero por los datos que tenemos, no parece ser suficiente como para destituir o derrocar al actual gobierno. Habrá que monitorear entonces dos temas centrales: a) si ese respaldo crece o si es contenido por las fuerzas que han asegurado apoyar a Maduro; b) el factor internacional: tanto los movimientos de Washington y sus aliados (más allá del respaldo diplomático que ya han ofrecido antes), como los de aquellas naciones que apoyan a Maduro, marcadamente Cuba y Rusia, país que ya tiene efectivos en Venezuela.
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