martes, 16 de abril de 2019

El canto de la gárgola

Somos monstruos de piel de piedra,
De corazón de concreto,
Protegiendo un fiel secreto,
De las grandes iglesias góticas,

Parados vigilando sin luz las vidas,
De aquellos que cantan por falsas alegorías,
Hipnotizados por aquel que viste de negro tocando el órgano
Idiotas deslustrados perdidos en esta edad oscurantista

Somos aberraciones magnificas de creaciones papales,
Degenerados que le cierran los ojos a los humanos para que no vean la luz
Servatis a periculum, servatis a maleficum, es inmundo como duermen el mundo
En la oscuridad reímos de dolor alejando a los que vienen con inquietud 


Dos horas de cantos en la iglesia matando a herejes como nosotros,
En este templo gótico se oscurecen aun más las mentes,
Riéndose los dueños de los pecados de esos otros que lloran por el perdón,
Nosotros vigilando el pasadizo de la biblioteca, así serán siempre feligreses

Servidores de las tinieblas son aquellos sacerdotes,
Revestidos en sacrificios, dolores, y muertes,
Nosotros simples estatuas que dejamos manipular la mente,
Obligados a callar sabiendo que algún día nos despedazarán

Los hombres que evoquen un verdadero nombre,
Esos que vienen a destrozar a los infames que duermen en templos,
Quitándonos la maldición que nubla nuestro poder (de escoger),
Ellos los sacarán de las profundidades de la tierra para alejarnos de la ilusión,

Oscura vida que queremos dejar de tener,
Nosotras, gárgolas que no cantamos,
Igual que todos, imploramos la salvación,
Pues un oscuro secreto tenemos que proteger


-Sephirot

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