martes, 13 de octubre de 2015

Borges: las hadas

 Su nombre se vincula a la voz latina fatum (hado, destino). Intervienen mágicamente en los sucesos de los hombres. Se ha dicho que las Hadas son las más numerosas, las más bellas y las más memorables de las divinidades menores. No están limitadas a una sola región o a una sola época. Los antiguos griegos, los esquimales y los pieles rojas narran historias de héroes que han logrado el amor de estas fantásticas criaturas. Tales aventuras son peligrosas; el Hada, una vez satisfecha su pasión, puede sar muerte a sus amantes.

En Irlanda y en Escocia les atribuyen moradas subterráneas, donde confinan a los niños y a los hombres que suelen secuestrar. La gente cree que poseían las puntas de flecha neolíticas que exhuman en los campos y a las que dotan de infalibles virtudes medicinales.

A las Hadas les gusta el color verde, el canto y la música. A fines del siglo XVII un eclesiástico escocés, el Reverendo Kirk, de Aberboyle, compiló un tratado que se titula La Secreta República de los Elfos, de las Hadas y de los Faunos. En 1815, Sir Walter Scott dio esa obra manuscrita a la imprenta. Del señor Kirk se dice que lo arrebataron las Hadas porque había revelado sus misterios. En los mares de Italia el Hada Morgana urde espejismos para confundir y perder a los navegantes.

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