viernes, 22 de mayo de 2015

Parsimonia y resiliencia

La resiliencia está de moda. El concepto proviene de ciencias como la ecología, la psicología o la resistencia de materiales, pero se aplica ahora a casi todos los aspectos de la vida incluyendo el hábitat humano por excelencia: la ciudad. Pero ¿qué es la resiliencia y cómo se aplica al mundo urbano? Según la Real Academia Española, la resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellasSi aplicamos este concepto a cualquier asentamiento humano podemos intuir los beneficios que puede representar para cualquier ciudad y sus habitantes. Las ciudades resilientes son aquellas que tienen la capacidad de recuperarse rápido de los impactos que sufre el sistema. Esta definición se basa en la concepción de la urbe como ente complejo, como un sistema de sistemas.
Todos los asentamientos humanos sufren impactos cada día. Lo habitual en el mundo desarrollado es que sean pequeñas interrupciones en el suministro de agua o electricidad, huelgas que afectan al comercio o al transporte público, averías o los propios trabajos de mantenimiento que generan molestias a los usuarios. Otras veces, la ciudad experimenta crisis y desastres como inundaciones o tormentas que comportan pérdidas económicas y, en el peor de los casos, daños a las personas (...) En un mundo globalizado, en el que todas las sociedades sufren las consecuencias de la falta de capacidad para protegerse de los desastres que las amenazan, es el momento de dar un paso más hacia la resiliencia.
(resumen de artículo publicado en ELPAÍS, 22 may 015, por: 
Maíta Fernández-Armesto, coordinadora del Programa de ciudades resilientes de ONU Hábitat en España; y Gemma Noguera,  especialista en comunicación del Programa de ciudades resilientes de ONU Habitat en España.)

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