miércoles, 20 de mayo de 2015

El cuerpo como significante

En el enigmático mundo de la comunicación no verbal aparece la siguiente cita de Sigmund Freud (1905) :

"Quien tiene ojos para ver y oídos para escuchar puede convencerse de que ningún mortal es capaz de guardar un secreto. Si bien sus labios permanecen silenciosos, parlotea con la punta de los dedos; el secreto se le escapa por cada poro. Y así resulta posible cumplir con la tarea de hacer consciente los repliegues más ocultos de la mente".

La comunicación no verbal es capaz de revelar en mayor medida lo que permanece invisible. El cuerpo es un regalo del lenguaje, sabe más de lo que dice, pues el cuerpo tiene historia y memoria propia. Así, la dinámica corporal (la kinesis o cinesis) y los gestos de un ser humano proporcionan abundantes pistas sobre la persona. 
En ocasiones se produce incongruencia entre lo verbal y lo no verbal, cuando se descubre una falta de correspondencia entre la mueca facial (cuando se está al borde del llanto, por ejemplo) y lo  que se intenta contradecir con palabras ("no estoy llorando, me siento bien, no pasa nada, no me hagas caso") . 
Lo que evidencia la necesidad de prestar mayor atención a la compleja comunicación gestual, corporal, a los movimientos incontrolados (un continuo parpadeo o giros oculares constantes para evitar la mirada fija, arritmia respiratoria, tic de taparse la boca o la nariz, morderse los labios o las uñas, ajustarse de manera constante los lentes, el reloj, el pelo, la ropa, etcétera), en suma, leer el mensaje  más allá de las palabras. 
La regla fundamental del psicoanálisis es la invitación del analista al paciente para que "diga todo lo que le pase por la mente en este momento"; sin embargo, cuando el paciente prefiere mantenerse en silencio, las manifestaciones y expresiones no verbales retomarán el significado (los movimientos corporales se tornan significantes), el vacío que en apariencia abre el mutismo y que el analista deberá escuchar ahora con resonancia afectiva (hacerse eco de las señales no verbales que piden empatía o simpatía), lo que el paciente transmite por otras vías  más allá de la sintaxis oral.
-Sara Oxenstein

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