domingo, 12 de julio de 2020

12 de julio: felicidades, abogado

San Ivo, 1450, por Rogier van der Weyden
Hoy es Día del Abogado. La palabra proviene del latín ad-vocatus: 'convocado'. Se convoca al abogado, por cierto, a festejar su día hoy porque el 12 de julio de 1539 se estableció la primera cátedra de Derecho en nuestro país, entonces la Nueva España. Por cierto, los abogados tienen santo al cual encomendarse sin causar honorarios: San Ivo de Kermartin (1253-1303), oriundo de la Bretaña francesa, inmortalizado en los siguientes versos:

San Ivo bretón
Maravilla fue para el pueblo
Abogado, mas no ladrón

Quisquillosos con la carga semántica -derivada de la picaresca popular en barandillas y juzgados- del vocablo abogado (casi sinónimo de coyote, abogángster, asistente o representante de hombres de poder o político grillo con cargo al erario) algunos Licenciados en Derecho prefieren que se les llame licenciados a secas jamás abogados. No obstante que licenciado es el que se licencia (u obtiene licencia para ejercer la profesión) de cualquier carrera universitaria, aun así hay quienes rehuyen ser identificados como abogados y ascienden vía escalera eléctrica académica a una 'maestría' (con lo cual ya no serán simples abogados ni licenciados del montón sino -nos ponemos de pie- maestros); y en un esfuerzo más de alpinismo institucional tropezando entre becas, tesis, investigaciones, fotocopias y más papeleo institucional, alcanzarán la cima del 'doctorado' (figura máxima de autoridad académica, el doctor, cuyas dos letras "o" en la palabra obligan a vocalizar la onomatopeya de pasmo reverencial: "¡Oh!", se confunde luego -oh, ironía- con la palabra  médico, con lo cual, tanto monta, monta tanto, viene siendo lo mismo un doctor en Derecho de Harvard que un dentista de Universidad Little Duck).

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