viernes, 7 de diciembre de 2018

¿"Cuarta" transformación? ¿Por qué cuarta, contando cómo?

El presidente López Obrador ha hecho en su discurso de toma de posesión un retrato rotundo de los males de la "era neoliberal" (1982 a 2018). No le ha concedido a esos años ni siquiera el mérito de haber creado las reglas de competencia democrática que lo trajeron a él a la Presidencia.
La verdad es que podrían intentarse aguafuertes de similar saldo negativo con los momentos de nuestra historia que el Presidente admira: la Independencia, la Reforma y la Revolución. Basta cargar los dados en la elección de los daños y no en los beneficios. La Independencia puede verse como un proceso de destrucción que dio paso a la época de mayor inestabilidad política de nuestra historia y, con ella, a la pérdida de la mitad del territorio a manos de una nación que crecía y se expandía territorialmente con un propósito claro, en lugar de achicarse y dividirse como la nuestra.
Pocas experiencias más tristes hay que la lectura de historias de aquellos años tontos, disparatados y mezquinos de México: los años del México independiente. La reforma liberal triunfó sobre la intervención y restauró la República, pero solo para descubrir que tampoco podía gobernar cabalmente el país, abriendo paso así a las revueltas que llevaron al poder a Porfirio Díaz, , y a las tres décadas de gobierno porfirista que el presidente López Obrador cita como antecedente oprobioso de la presente "era neoliberal". 
La mirada del historiador no es nunca neutra, pero puesta a tomar partido puede llegar a ser sólo una caricatura
Medida con la parcialidad y la pasión política con que López Obrador mide la era neoliberal, toda la historia de la nación podría verse como un solo, continuo, gigantesco desatino. 

-Héctor Aguilar Camín

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