sábado, 15 de noviembre de 2014

¿Por qué se Ayotzinapó el país?/ O del PRI en la era digital

Sólo todos juntos pueden liberarse de sus cargas de distancia. Eso es exactamente lo que ocurre en la masa. En la descarga se elimina toda separación y todos se sienten iguales. En esta densidad, donde apenas cabe observar huecos entre ellos, cada cuerpo está tan cerca del otro como de sí mismo. Es así como se consigue un inmenso alivio. En busca de ese momento dichoso, en donde ninguno es más, ninguno mejor que el otro, los hombres devienen masa.
-Elias Canetti
Cada individuo frente a su monitor se transforma en un elemento-neurona de una mente de colmena o de enjambre, de una gran mente planetaria que es más que la suma de sus partes.
-Kevin Kelly
El momento en que tienes la noción de que realmente somos información en vez de cuerpos o almas, entonces tienes la posibilidad de tecgnosis; o el instante en que la información alcanzará el punto crítico para adquirir conciencia y los Pinochos digitales se liberarán de sus hilos para reclamar el planeta por ser la especie dominante.
-Erik Davis
Punto de inflexión significa un cambio radical en el marco conceptual en el que las preguntas se habían planteado; nuevas ideas, nuevas palabras, nuevas relaciones en virtud de las cuales los problemas antiguos no son siempre resueltos, sino que aparecen como algo remoto, obsoleto, a veces ininteligible, de manera que las dudas y problemas angustiosos del pasado parecen extrañas formas de pensamiento, o confusiones pertenecientes a un mundo desaparecido.
-Isaiah Berlin

Ante la atmósfera de Indignación (así, escrita con mayúscula para que retumbe mejor la definición del diccionario de la Real Academia: 'enojo, ira, enfado vehemente contra una persona o sus actos') que incendia todos los discursos de opinión pública en contra del actual Gobierno (así escrito con mayúscula en tanto que alude al poder Ejecutivo federal más su gabinete de seguridad), conviene ahora recordar la verdad de Perogrullo de que todos los mexicanos somos sexenales. Esto es, somos producto de sexenios anteriores: lo que hoy vivimos se gestó, se incubó antes, pero hay que renovarse sin exclamar "ya me cansé". 
En ese sentido cabe inquirir de qué manera un artero crimen municipal ascendió, con la velocidad de las llamas, a nivel de crimen federal (o como se prefiere denominarlo en las desmesuradas redes: "crimen de Estado"); esto es, de qué forma se igualó, en Iguala, el delito por comisión con el de omisión; en suma, cómo se logró permutar a Abarca alcalde por Peña Nieto Presidente como el Malo de la película. 
Sobre todo si se considera que hubo antes masacres a nivel municipal (Acteal, Aguas Blancas, San Fernando, Villas de Salvárcar, Boca del Río, y un etcétera que incluye el municipo de Guadalajara con el macabro hallazgo, el 24 de noviembre de 2011, de 26 cadáveres de jóvenes de entre 25 y 35 años, ejecutados y retacados en tres camionetas abandonadas bajo los Arcos del Milenio) que no se consideraron ispo facto como masacres federales ni desembocaron en manifestaciones de Indignación Nacional ni exigencia de renuncia del Presidente. (El caso del asesinato del hijo de Javier Sicilia que convirtió al poeta en valeroso activista por los desaparecidos al grado de encarar a felipito y a los entonces candidatos presidenciales, devino en duelo de legitimidad con la señora Miranda de Wallace para merecer mejores apoyos gubernamentales). 
¿En dónde reside entonces la diferencia ahora con Ayotzinapa? En el regreso del PRI al poder. 
En efecto, después de dos sexenios nacionales panistas (tres en Jalisco) el PRI retomó las riendas del país, pero sin atender una realidad inédita: la nueva generación de jóvenes, con edades entre 20 y 30 años, en plena era digital global. Así, el PRI, de regreso y medio reloaded, pretendió (pretende) dar solución de continuidad a su forma de poder anterior a la alternancia del 2000, haciendo como si no hubiese existido Fox con su gran vacío de poder (despatarró la Silla del Ejecutivo y Marta se confeccionó un traje sastre con la investidura presidencial) ni felipito con sus palos de ciego al panal de narcos a fin de que lo dejaran de llamar "espurio". Por tanto, el PRI no renovó discurso (relato, narrativa, código, claves, tics de poder) y pretendió (pretende) seguir gobernando del mismo modo y con los mismos actores (verbigracia, los medios de comunicación ahora ya convencionales: TV, radio y prensa de papel) que existían antes de la alternancia del año 2000. O ¿cuántos usuarios de facebook había en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari? ¿Cuántos tenían cuentas de twitter en el sexenio de Zedillo? ¿Cuántos capos trasnacionales del narcotráfico con valor a curriculum de Forbes había en el sexenio de Díaz Ordaz, bestia negra de los jóvenes estudiantes? Peña Nieto por ende, no puede gobernar como los expresidentes priistas. Necesita reinventar(se) la Presidencia. 
La Indignación actual por tanto, reside en la masa virtual (organizada en redes que escapan a las formas tradicionales de control político -no hay troll que alcance- y económico; la izquierda tradicional repetirá al respecto su mantra todoterreno: "el pueblo") convertida en sujeto real (al tomar la calle para protestar) y viceversa. Ese circuito dialéctico, su lógica ("Toda la versión de la PGR es mentira: Ayotzinapa es crimen de Estado"; "Cartita a la ONU y a Santa Clos para que renuncie Peña Nieto"; "que La Gaviota explique su nidito en la Casa Blanca"; "Se los dije: complot again!") se le escapa de las manos al poder (político, económico, mediático) predigital. Y aun cuando en dicha masa virtual se oye el murmullo de las rencorosas huestes panistas despojadas del poder en 2012 más el aullido de las huestes autocaníbales de izquierda que llegaron a controlar Guerrero para desde ahí pedir la renuncia de Peña Nieto (es decir, el núcleo hardcore del discurso antipriista), los jóvenes independientes antipartido, anticlasepolítica, antisistema (término con ecos hippies, neozapatistas, ni-nis, Anonymous) serán los más difíciles de convencer sin un relato de poder distinto al de siempre. 
Conclusión provisional: Peña Nieto (el PRI) debe aprender a leer... la nueva era digital para descifrar la contraseña que da acceso al sitio de las nuevas generaciones. (MFM).

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