lunes, 18 de abril de 2022

¿Litio?

 Litio, ¿gesta histórica?

-Marco A. Mares, 18 de abril de 2022

México vive horas definitorias.

La Cámara de Diputados podría aprobar o rechazar la reforma constitucional de la Ley de la Industria Eléctrica.

No se trata sólo de un cambio constitucional. Se trata en realidad, de un cambio de fondo. De un cambio de modelo económico.

México pasaría de un esquema de libre mercado a uno estatista. El gobierno, a través de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tendría el monopolio de la electricidad.

Eso es lo que podría decidirse –hasta el momento de la  entrega de ésta columna no se había definido–.

El partido Morena, el partido en el poder, busca hacer realidad la contrarreforma eléctrica que envió al poder legislativo, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Pero no tiene todos los votos. Peor, aún. Tiene la oposición de la alianza Va por México, entre el PRI, PAN y PRD. Votarán en bloque. Votarán en contra.

En caso de que no se apruebe, el Presidente de la República tiene lista una reforma para “nacionalizar” el litio.

De la intención e iniciativa, surgen muchas dudas:

¿Porqué es tan importante hoy el litio en México?

¿Se necesita nacionalizar los recursos de litio?

¿El gobierno mexicano, vía nuevas paraestatales, podría explotar y comercializar ese mineral?

¿México es una potencia, por sus recursos de litio?

1.- ¿Por qué es tan importante hoy el litio en México? Es importante en México y en el mundo porque se utiliza con mayor eficiencia para las baterías de los celulares y computadoras y de manera creciente para los autos eléctricos y con mucha potencialidad para los hogares.

2.- ¿Se necesita nacionalizar los recursos de litio?

No. ¿Por qué? Porque de acuerdo con el artículo 27 de la Constitución, todo lo que hay en el subsuelo del territorio nacional es propiedad de la Nación.

El Gobierno puede dar concesiones a privados para su exploración, y en su caso la explotación correspondiente. No hay que nacionalizar lo que ya es del Estado mexicano.

3.-¿El gobierno mexicano, vía nuevas paraestatales, podría explotar y comercializar ese mineral?

Si el gobierno verdaderamente quiere explorar y explotar el litio que “supuestamente” existe, tendrá que hacer un programa de exploración ambicioso y de muy largo plazo que requerirá de inversiones importantes de dinero.

Pero para no hablar de supuestos, hay que referir los hechos. Según datos oficiales, el Servicio Geológico Mexicano que depende de la Coordinación de Minería en la Secretaría de Economía, tiene un presupuesto de 52 millones de pesos al año para exploración en general, lo cual es totalmente insuficiente para hacer algo en serio.

En el país se invierten alrededor de mil millones de dólares al año por las empresas que exploran.

Por cada mil manifestaciones de minerales, 100 pasan a etapa de exploración detallada y de ellos 10 a exploración avanzada y de ahí 1 fructifica en una nueva unidad minera.

Son periodos largos de 15 a 20 años.

Esto da una idea de las magnitudes de inversión que se requiere, y de lo que hasta ahora invierte el gobierno.

4.- ¿México es una potencia, por sus recursos de litio?

El poco litio que se ha encontrado en México de manera somera, es del tipo que se llama de “arcillas” con muy baja concentración de sales de litio (entre .01% al .05%) lo cual lo hace económicamente inviable ya que el carbonato de litio que se utiliza para baterías, tiene que ser 99.5% de pureza.

Hoy, la producción mundial se satisface en un 60% por litio que viene en roca y que tiene concentraciones del 2 al 4% de sales de litio, y el otro 40% viene de salares que tienen concentraciones del 0.1 al 0.8% de sales de litio.

Hay muchos proyectos a nivel mundial ya avanzados en sus etapas de exploración tanto de roca como de salares que van a satisfacer la demanda de litio en los siguientes 20 años, por lo que los de arcilla seguirán sin ser viables económicamente.

Lo que va a hacer el Presidente, con su iniciativa, es un acto populista sin sentido y sin ningún efecto para el país en cuanto a asegurar un mineral “estratégico” que sencillamente no existe. Simple y sencillamente forma parte de la narrativa de una supuesta gesta histórica. Al tiempo.

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