jueves, 14 de abril de 2016

Se recomienda autoexorcismo

El Yo atormentado que se experimenta "poseído", sometido a una contravoluntad o voluntad ajena, en realidad se encuentra en medio del gran conflicto entre la obediencia al Super-yo, al Ideal del yo, a las Órdenes Superiores y una omnipresente imagen de figura paterna (que bien puede ser de madre autoritaria) en forma de "Dios" todopoderoso o mejor dicho, superior a nuestro Yo, por una parte; y por otra, ante el Ello o la atracción del abismo, los instintos, los contenidos removidos, la seducción del principio del placer, la paranoia de ser engullido por el deseo, lo "demoníaco" y el mismísimo "Diablo". 
El "exorcismo" o tratamiento del Yo apunta a desenmascarar a dicho "Diablo" (a identificarlo) y descubrir a los demonios que se manifiestan bajo la forma de síntomas neuróticos, obsesivos, compulsivos. 
Los demonios no son sino la proyección de nuestros propios impulsos "malvados", perversos, sucios, pecadores, culpables, aterradores,... placenteros.

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