El presente lienzo de Manet (comentado antes de manera amplia en esta blogonave) muestra a la barista con un gran espejo a sus espaldas: el extraño reflejo descubre así al caballero que le colocó las flores en el pecho, pero la mirada de la güerita no es de alegría sino de celos, pues contempla al fondo del salón, a la dama de guantes anaranjados a quien de verdad acompaña el galán que le obsequió el corsage; sobre la mesa de la enguantada se encuentra una trapecista de botines verdes: el principal número de atracción del antro decimonónico Folies-Bergère
jueves, 6 de agosto de 2015
Espejeo de emociones
El presente lienzo de Manet (comentado antes de manera amplia en esta blogonave) muestra a la barista con un gran espejo a sus espaldas: el extraño reflejo descubre así al caballero que le colocó las flores en el pecho, pero la mirada de la güerita no es de alegría sino de celos, pues contempla al fondo del salón, a la dama de guantes anaranjados a quien de verdad acompaña el galán que le obsequió el corsage; sobre la mesa de la enguantada se encuentra una trapecista de botines verdes: el principal número de atracción del antro decimonónico Folies-Bergère
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