Desde los astros más lejanos hasta el eje de tus huesos te bendigo.
Si me abres tu corazón, ahí escucharás resonar mi voz,
un canto semejante
al murmullo de un cauce profundo. Soy yo quien te
preserva de los ojos que dan mal,
quien elimina de tus sueños el resplandor de la locura,
quien cede tu rencor al silencio,
crea un puente entre el fulgor y la ceguera, da al
terror animal una coraza de nubes,
equilibra los intercambios entre tu aura y el mundo,
abre ojos en el muro de acero,
transforma tus soledades en jardines, tus escollos
en alhajas,
el bisturí que separa
en cuerda que reúne, la herida
de la espalda en nido para el ave
-Templanza, A. Jodorowsky
1 comentario:
No estamos solos
alguien dijo: "los adioses
son solo los cuerpos que se alejan..."
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