viernes, 12 de diciembre de 2014

La deípara/Apunte al calce

Soneto a la virgen (*)
Deípara, paridora de Dios. Suave

la giba del engañado para ser
tuvo que aislar el trigo del ave,
el ave de la flor, no ser del querer.

El molino, Deípara, sea el que acabe
la malacrianza del ser que es el romper.
Retuércese la sombra, nadie alabe
la fealdad, giba o millón de su poder.

Oye: tú no quieres crear sin ser medida.
Inmóvil, dormida y despertada, oíste
espiga y sistro, el ángel que sonaba,

la nieve en el bosque extendida.
Eternidad en el costado sentiste
pues dormías la estrella que gritaba.



-José Lezama Lima

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 (*) Apunte, interpretación, al calce:
Al margen de lo atinado del término "Deípara" (como ovípara) para quien va a parir precisamente una deidad, conviene observar la señal del embarazo: la protuberancia, el abdomen abultado como joroba (giba) de la embarazada. ¿"La giba del engañado"? Se refiere a Jesús que aunque se encuentra dentro del vientre de una mujer, el Dios Padre los engaña a ambos (a madre e 'hijo'), pues hace pasar por feto humano uno que es divino. Feto divino que "para ser" no necesita entonces del deseo, del instinto. Por tanto: "tuvo que aislar el trigo del ave", es decir, alejar el hambre del ave; aislar, separar "el ave de la flor", o impedir que alcance su objetivo el colibrí que desea chupar, succionar la flor. Así pues, "el engañado" se gestará, nacerá, al margen y sin necesidad del deseo erótico: "no ser del querer". 
Será entonces el (re)molino divino, o el ingenio de Dios, "el que acabe la malacrianza ("mala" en el sentido de forma antinatural, no-humana, divina) del ser", el cual, en tanto que viene como/con una Buena Nueva, traerá un mensaje, un código que cambiará, alterará, salvará la condición humana y romperá con los mensajes tradicionales: Jesús será así una ruptura con lo establecido: "ser que es el romper".
¿Y cómo se percibiría un feto divino sin aparato de ultrasonido, sin ecosonograma? "Retuércese la sombra, nadie alabe la fealdad, giba o millón de su poder"... aún.
Luego el poeta se dirige a la Virgen: "Oye: tú no quieres crear sin ser medida". La mujer virgen que fue escogida por Dios lo fue por la capacidad de ella para medir, esto es, calibrar, traducir, comprender el mensaje del Ángel enviado. Ella a su vez será medida por el mensajero alado sobre qué tanto ella mide, capta bien el mensaje angelino. 
Así, incluso "Inmóvil, dormida y despertada, oíste espiga" (léase: la espiga de trigo que porta el Ángel, o la vaina que contiene la semilla, la simiente, el semen) "y sistro" (antiguo instrumento musical parecido a sonaja, cascabel sutil) "el ángel que sonaba," (y era tal la agudeza de oído de la Virgen que pudo incluso oír la nieve al caer) "la nieve en el bosque extendida".
Y de repente, la Virgen registra los movimientos, las pataditas del feto divino: "Eternidad en el costado sentiste/ pues dormías" (esto es, incubabas) "la estrella" (luz enviada del cielo) "que gritaba" cual bebé. (MFM)

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