Hoy es Día del Abogado. La palabra proviene del latín ad-vocatus: 'convocado'. Se convoca al abogado, por cierto, a festejar su día hoy porque el 12 de julio de 1539 se estableció la primera cátedra de Derecho en la Nueva España. Los abogados cuentan con santo al cual encomendarse sin causar honorarios: San Ivo de Kermartin (1253-1303), abogado oriundo de la Bretaña francesa, inmortalizado en los siguientes versos:
San Ivo bretón
Maravilla fue para el pueblo
Abogado, mas no ladrón
Qusiquillosos con la carga semántica -derivada de la picaresca del poder- del vocablo abogado (casi sinónimo de coyote, abogángster, asistente espiritual de hombres de poder político o económico, cuando no él mismo político grillo) algunos licenciados en Derecho prefieren que se les llame licenciados jamás abogados. No obstante que licenciado es el que se licencia (u obtiene licencia para ejercer la profesión) de cualquier carrera unversitaria, aun así hay quienes rehúyen ser identificados como abogados y se escapan vía escalera académica para conseguir una maestría (con lo cual ya no serían meros abogados ni licenciados sino -nos ponemos de pie- maestros) o un doctorado (figura máxima de autoridad académica, el doctor -la doble o obliga a colocar la boca en orden de pasmo y reverencia- se confunde luego, oh, ironía con la palabra médico, con lo cual, tanto monta, monta tanto, viene siendo lo mismo un doctor en Ciencias Políticas de la Sorbona como un dentista de Universidad Patito).
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