Ah, las angustiosas dudas de los domingos
Hay días, sobre todo al despertar, en que se experimenta la imperiosa necesidad de saber; por ejemplo, el origen de la palabra koala. En casos así, sólo un café espresso puede mitigar la ansiedad que provoca la duda, pues poco a poco, sorbo a sorbo, se va activando la memoria para recordar que se trata de un animalito australiano; y que aun cuando en Australia se hable inglés, ya que los británicos emplearon dicha isla como presidio, existió una lengua aborigen anterior al arribo de los europeos. Dicha lengua incluía la palabara koala en su vocabulario -a estas alturas el espresso insta a revisar el diccionario- para designar al "mamífero marsupial (de marsupium, 'bolsa' como la de los canguros) parecido a un oso pequeño, que habita en los bosques de eucaliptos australianos". Ah, qué buen café.
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