A la pregunta de por qué la mayoría de la gente no comprende (el sentido de escuchar) la música clásica, se cae en cuenta de que una de las causas es que se desconocen los instrumentos musicales clásicos de una orquesta sinfónica y su disposición espacial en escena. La música pop(ular) tiene muy bien amaestrado a su vasto público para que reconozca al instante, de oído y de vista, guitarras, batería, consola o teclado y un cantautorcito/a saltando y aullando en escena. ¿Qué hay en el escenario de una orquesta de música clásica? Un montón de señores y señoras vestidos como para una boda o graduación más un ruquito que le gusta enseñar la espalda. Quizá convendría entonces empezar por reconocer dichos instrumentos, incluida la batuta del director, en el mapa.
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De Wolfgang Amadeus Mozart, sinfonía nº 38 (
Praga), segundo movimiento; orquesta bajo la conducción de Karl Bohm
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