domingo, 16 de junio de 2013

Día del Padre/ O la Guerra detrás de la Madre y el Padre

Se recordará (véase en el presente blog: 'Madre (y día) sólo hay una') que el Día de la Madre se instituyó gracias a los esfuerzos de una hija de su madre, Anna Jarvis, que vio en su progenitora a una heroína que atendía a la vez el hogar y a los heridos de la Guerra Civil norteamericana. Anna dedicó toda su vida a obtener un día para recordar a su mamá que murió en mayo.
De forma parecida, otra hija de su padre, Sonora Louise Smart (en la foto), dedicó su vida a obtener un día que reconociese la labor de su admirado papá que fue soldado durante la Guerra Civil estadounidense, pero del lado de los malos, es decir, de los ejércitos sureños que empuñaron las armas en contra de Lincoln, el libertador de los negros. Así, al perder la contienda, el soldado William Jackson Smart decidió emigrar hacia el norte con toda la familia, compuesta por cinco varones y una sola hija: Sonora Louise. Al instalarse en Spokane, Washington, en la frontera con Canadá, la esposa del soldado sureño murió de parto; así que el papel de madre recayó en la hija mayor, de dieciséis años, Sonora, que pasó así, a convertirse en la señora de la casa (léase: esposa virtual).
Al acudir un domingo de mayo a misa, Sonora advirtió que la ceremonia se dedicaba al Día de la Madre. En ese momento le asaltó el reclamo: ¿y por qué no un día dedicado a su padre, vale decir, a los papás del mundo? Sonora entró en acción: solicitó primero a la Iglesia de su comunidad y luego al Congreso, que se estableciese un día para celebrar al padre de la familia. Pero ¿qué día? Sonora no titubeó: el 5 de junio, día del cumpleaños de su papá. El pastor protestante de la Iglesia de Spokane, le sugirió empero, que así como el Día de la Madre se festejaba (en EEUU) el tercer domingo de mayo, el del padre debería ser el tercer domingo de junio. Nótese que en el caso de la madre, se partió del mes de su muerte; en cambio, en el caso del padre, se partió del mes de su nacimiento.
El Día de la Madre y el Día del Padre, respectivamente en mayo y en junio, surgieron así de la Guerra Civil estadounidense (¿no es acaso la pareja monogámica una guerra civil?) y en ambos casos, a propuesta de dos hijas, no de hijos. Después de todo, Edipo mató a Layo, claro, sin saber que era su padre.
Sonora Louise Smart, igual que Anna Jarvis, estuvo en un tris de consagrar toda su vida a la figura paterna (con quien, después de todo, hacía pareja), pero se cruzó un fiero soldado del norte, John Bruce Dodd, enamorado hasta las cachas de Sonora, a quien le exigió casarse con él; la mujer aceptó con la condición de que John Bruce aceptase ser padre sustituto de los hermanitos de Sonora; y encima, que colaborara para obtener el reconocimiento oficial del Día del Padre.  El papá de Sonora Louise, falleció en 1919. Y a diferencia del Día de la Madre (1914), el reconocimiento oficial -burocracia traspapelada- del Día del Padre llegaría tarde para la familia Smart: en 1966, con la firma del presidente Lyndon B. Johnson.
Como en México se procede por imitación, en el sentido de pobre-pasmado-ante-el rico, variante del sueño americano (¿a qué le tiras cuando sueñas, buey, con el american-way-of-life?), se copiaron ambos meses para celebrar también al padre y a la madre.

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