viernes, 19 de abril de 2013

Lectura noctámbula

TE PUSE UNA CABEZA

Te puse una cabeza sobre el hombro
y empezó a reír;
una bombilla eléctrica,
y se encendió.
Te puse una cebolla
y se arrimó un conejo.
Te puse mi mano y estallaste.

Di cuatro golpes sobre tu puerta
a las doce de la noche
con el anillo lunar,
y me abrió la sábana que tiene cuerpo de mujer,
y entré a lo oscuro.

En el agua estabas como una serpiente
y tus ojos brillaban con el verde que les corresponde a
esas horas.
Entró el viento conmigo
y le subió la falda a la delicia, que se quedó inmóvil.
El reloj empezó a dar la una
de cuarto en cuarto, con una vela en la mano.

La araña abuelita tejía
y la novia del gato esperaba a su novio.
Afuera, Dios roncaba.
Y su vara de justicia, en manos del miedo ladrón
dirigía un vals en la orquesta.

Me soplaste en el ombligo
y me hinché y ascendí entre los ángeles.
Pero tuve tiempo de ponerme la camisita
y los zapatitos con que me bautizaron.
Tú quedaste como un cigarro ardiendo en el suelo.

-Jaime Sabines

1 comentario:

Falcón dijo...

Sin pretender estorbar la imagen poética, adviértase la presencia del glande en el primer párrafo y la felación en el último. Ah, el intenso Sabines.