domingo, 19 de agosto de 2012

Wikilío diplomático e interpretativo

El caso Assange es el típico problema político ocasionado por la colisión de dos valores democráticos: el de la justicia y el de la libertad de expresión. Gran Bretaña y Suecia desean cumplir con la justicia; Ecuador y Assange, con la libertad de expresión. ¿De veras es así de nítido el conflicto? En una dictadura, sin democracia ni derechos humanos, dicho enfrentamiento de valores democráticos no hubiese ocurrido: Assange estaría en la cárcel. Por tanto, si Assange está libre, aunque acorralado diplomáticamente, es porque se encuentra dentro de un país democrático, respetuoso de los derechos humanos y de las convenciones internacionales. El caso Assange amerita por lo mismo, desechar posturas maniqueas ingenuas de buenos y malos; mantener la cautela ante la simpatía espontánea que despierta Assange autopresentado como paladín de la libertad de expresión (cuando para algunos resultó más bien, paladín de la torpeza e imprudencia política por exceso de corrección política); exige en suma matices. Ante la ambigüedad, conviene formular preguntas. Así:
¿De veras...?
¿Wikileaks sólo quiere ampliar la libertad de expresión sin importar ningún riesgo?
¿Julian Assange estaba consciente, con sus revelaciones, de los peligros a que exponía a militares, políticos y diplomáticos en activo?
¿Violó Assange a dos mujeres en Suecia?
¿Suecia sólo quiere juzgar a Assange por el delito de violación sexual?
¿Gran Bretaña sólo quiere cumplir tratados de extradición de reos con Suecia?
¿El presidente ecuatoriano Correa sólo quiere defender la libertad de expresión en el mundo?
¿EEUU -que tiene preso al soldado cómplice de Wikileaks: Bradley E. Manning- tiene derecho a atrapar a Assange y llevarlo a juicio por el perjuicio militar, político y diplomático que causaron sus revelaciones?

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"De todo el asunto de Wikileaks, que espero sea por lo menos rentable para sus promocionadores, lo único realmente importante es que remacha la evidente imposibilidad de esconder nada en el mundo actual: hagas lo que hagas siempre habrá una cámara filmándote, escribas lo que escribas (a quien escribas y dónde escribas) siempre terminará por salir a la luz pública. Como los documentos sustraídos pertenecen a la diplomacia americana, nos confirman que los americanos cuidan sus intereses, estudian mejor o peor la realidad de acuerdo con ellos y procuran obtener ventajas de los demás países: supongo que algo semejante habría salido a la luz si los papeles hubieran sido de diplomáticos franceses, rusos… o españoles. Si no, más vale despedirlos.
En cuanto a la relevancia de tales soplos, pues la misma que garantías tenemos de su autenticidad: nula. Por ejemplo, este gran titular: "EEUU desconfía de la capacidad de Zapatero para gestionar la crisis". O sea, como usted, como yo, como casi todos los españoles. La noticia hubiera sido que el Departamento del Tesoro americano considerase a Zapatero un genio de las finanzas, capaz de sacar a su país y de paso a media Europa del abismo. Ese sí que sería un documento estremecedor, una amenaza para el mundo libre. Afortunadamente, piensan lo mismo que nosotros. Y en el resto de los temas, piensan lo que cualquier ser dotado de razón podría suponer que pensaban, aunque a veces disimulan. Como cada cual hace en su vida. ¡Bah!
De modo que Wikileaks es tan revelador en el terreno político como el agujero de la cerradura respecto a la higiene íntima de las personas. En cambio nos ha permitido conocer que gente aparentemente razonable es partidaria de lo que llaman "transparencia", es decir el derecho de todos a saberlo todo: que no haya secretos y reservas que puedan contrariar la curiosidad de alguien… caiga quien caiga y perdamos en el camino lo que perdamos. ¡Asombroso! Ateniéndome a mi experiencia personal: he estado en muchos tribunales universitarios de cátedras o tesis que, al ir a deliberar, invitaban a salir de la sala al público asistente, sin saber que atentábamos contra Doña Transparencia; he asistido a muchas reuniones editoriales en un gran diario, dando por supuesto la confidencialidad de lo hablado y sin saber que pecaba de antitransparente; por razones de seguridad llevo escolta policial y confío en que no revele mis itinerarios por internet, aunque me temo que habría interesados en conocerlos… por transparencia, claro.
Pues bien, las cosas claras. Hay dos tipos de transparencia, la de gestión y la de opinión o deliberación. La primera es imprescindible en democracia: queremos saber a qué destinan los gobernantes nuestros impuestos, cómo defienden nuestras garantías y derechos, cual es la justificación de sus decisiones políticas, etc… ; la segunda es una agresión totalitaria contra el buen funcionamiento de las instituciones y la privacidad de las personas, ocupen cargos públicos o sean simples particulares. Confundirlas es parte de la actual imbecilización social, a la que no es ajena la maquinaria espléndida pero a veces devastadora de internet. Última observación: dejando aparte a Berlusconi, Putin, los hermanos Castro y alguno más, no hay político que me resulte tan sospechoso y tan poco fiable como el señor Julian Assange…y sus partidarios".
-Fernando Savater



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Una de las víctimas políticas de Wikileaks fue el entonces embajador de EEUU en México, Carlos Pascual. Lo cual resultó una injusticia, pues la opinión del embajador ante el presidente Obama (que sacó a la luz Wikileaks) sobre las fallas evidentes de la estrategia guerrerista contra las drogas de felipito, era cierta. Pascual sin embargo se vio forzado a renunciar por la furia declarada de felipito. Wikileaks así, desencarriló la crítica objetiva de Carlos Pascual y, en cambio, favoreció y fortaleció la convicción de felipito de que su estrategia -por muy sacada de la manga para legitimarse ante los embates de AMLO; por muy mal calculada al decapitar a los capos sin calcular el caos de los sicarios sueltos; por el error de usar al ejército como cuicos de banqueta; por no calcular la corrupción de jueces y policías que juegan a dos bandas; por muy como haigasido- era la correcta. Las consecuencias desastrosas a fin de sexenio, dan la razón al exembajador Carlos Pascual.

Nota del 4 de marzo de 2011 publicada en La Jornada:

"El presidente Felipe Calderón afirmó hoy que los cables diplomáticos estadunidenses conseguidos por Wikileaks y difundidos en México por La Jornada causaton un “daño severo” a la relación bilateral con Estados Unidos, y en referencia al actual embajador, Carlos Pascual –autor de algunos de los mensajes más críticos sobre el desempeño antinarcóticos del gobierno mexicano–, le lanzó un sarcástico: “No me ayudes, compadre”.
En conversación con editores y reporteros de The Washington Post, poco antes de su reunión con el presidente Barack Obama, Calderón indicó que la filtración de los cables diplomáticos secretos dañó la relación con Washington, provocó alborotos dentro de su propio equipo de seguridad nacional y tensó la relación de trabajo con el embajador Pascual.
Se quejó de que las afirmaciones plasmadas en dichos cables acerca de “la aversión al riesgo” de militares mexicanos, y otros que reportaron una descoordinación entre dependencias de seguridad nacional, sólo minan la cooperación bilateral.
“Es difícil si, de repente, uno ve que la valentía del Ejército (es cuestionada). Por ejemplo, han perdido probablemente 300 soldados… y de repente alguien en la embajada estadunidense… dice que los soldados mexicanos no son suficientemente valientes”, comentó.
“O deciden jugar el juego de que (los militares mexicanos) no están suficientemente coordinados, y de repente empiezan a traer información a una agencia pero no a la otra, e intentan lograr que compitan entre sí”, agregó el mandatario mexicano en aparente referencia a un cable firmado por Pascual en el que describe la captura de un capo por la Marina después de que los estadunidenses le proporcionaron información, misma que no había usado el Ejército, reportó The Washington Post.
Fue en este contexto que Calderón dijo: “Tenemos una expresión en México, y dice: ‘no me ayudes, compadre’”.
Cuando le preguntaron si había perdido confianza en Pascual, Calderón indicó a los periodistas de The Washington Post que “ese es un asunto que tal vez platicaré con el presidente Obama”. Ante la insistencia de los reporteros, sólo agrego que la confianza “es difícil de construir y fácil perder”.

2 comentarios:

quique dijo...

Pero, ¿qué expuso wikileaks que no supieramos? en el mejor de los casos son unas cuantas pruebas más. El señor Asagne pusó en juego la libertad de la red al hacer publicos los documentos robados, me huele a estratagema norteamericana de insitación al delito para buscar represión.

Se parece a los actos terroristas contra E.E.U.U. que son detectados por la C.I.A. y el F.B.I. pero les dejan seguir como esperando sacar jugo de ellos, tipo Patriot Act.

Ernesto Priego dijo...

Hola Falcón, soy el creador de la caricatura que has utilizado. Me llamo Ernesto Priego. No me opongo nunca a que usen mis obras y menos cuando soy el primero que las expongo sin marcas de agua, pero me gusta que me lo comuniquen. Tengo un correo en mi blog que algunos usan para solicitar permiso. Como he dicho, puedes disponer pero si me lo haces saber mejor. Un saludo