viernes, 13 de julio de 2012

Don Étimo: se le botó la canica

¿Quién no jugó de niño a las canicas? Las había de barro incluso de plástico, pero las mejores siempre han sido las de vidrio transparente, vulgo agüitas cuyo interior asemeja las ondulaciones del agua. La palabra canica procede del alemán knicken que se traduce como 'doblar', 'aplastar'. Pero, ¿quién puede aplastar o doblar una canica como si fuera de plastilina? El fabricante. Por cierto, cuando alguien muestra signos de demencia se dice que 'se le botó la canica'. ¿La comparación es de la canica con la cabeza o el cerebro? Vaya reduccionismo propio de jíbaros. ¿Y cuando 'se le bota' a alguien significa que pierde la cabeza o que su cerebro bota fuera del cráneo? Pero, ¿qué tal si la canica se refiere al inconsciente?

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