domingo, 17 de junio de 2012

Don Étimo: cereza y sakura

La palabra cereza (en inglés cherry, del francés cerise) viene del griego κέρασος (kerasos), que pasa al latín como cerasum, por Cerasun (hoy Giresun, Turquía), de donde los romanos trasplantaron el árbol a Europa. De ahí también el nombre científico: Prunus cerasus. Los cerezos en flor constituyen todo un símbolo del Japón, de la sutileza silenciosa, cadenciosa, casi erótica, a ritmo de flor, de usos y costumbres orientales. La variedad Prunus serrulata, sakura para los japoneses, es la más significativa, no tanto por el fruto sino por la flor, frágil, efímera, metáfora de la ocasión única, intensa como el orgasmo.

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