Miércoles de Mercurio, el dios mensajero

¿Por qué mata Mercurio a Argos?
El enamoradizo Zeus quedó prendado de una hermosa joven de nombre Io, aunque en mal momento y lugar, pues Hera, la esposa del dios, los descubrió en pleno acto de amor. Al instante, Zeus, para evitar una venganza cruel de parte de Hera, salvó a Io transfigurándola en vaca. Celosa aún, Hera puso a Io (a la vaca) bajo custodia del monstruo de cincuenta ojos, Argos, que hizo caminar a la vaca por toda la tierra. Zeus, transido de culpa y lástima, intervino de nuevo para salvar a su amada Io. Ordenó así, al dios mensajero Mercurio, despachar a Argos para que Io quedara libre: como vaca, pero vaca libre al menos.
La pintura de Velázquez muestra el momento en que Mercurio espada en mano, después de dormir a Argos (a quien el pintor presenta con la mirada -los cincuenta ojos- oculta), se desliza para matarlo. Detrás de Mercurio se encuentra echada, apacible y resignada, Io con forma de vaca. Con lo cual se confirma aquello de que tanto peca el que transforma la vaca como el que le amarra la pata, en este caso, Argos.