martes, 24 de abril de 2012

La definición del incendio o ¡Llamas a mí! ¿Quién dijo 'yo'?

Desde el sábado pasado se incendia el Bosque de la Primavera. Se trata de una catástrofe social en la medida en que se consume una de las más importantes fuentes naturales de oxígeno de la zona metropolitana de Guadalajara ya altamente contaminada. Pero más grave aún es que, a todas luces, el incendio era previsible en cuanto comenzara la temporada de calor; y, sin embargo, el gobierno y sus dependencias ambientales no reaccionaron oportunamente: el incendio se salió de control.
Se alienta así ahora, la versión de que el fuego no se debió a una imprudencia (la quema de basura, como se informó al principio) sino que fue intencional, provocado por propietarios fascinerosos que a punta de pistola han impedido incluso apagar las llamas a algunos brigadistas. Tan lenta y burocrática siempre, curiosamente ahora ¡de inmediato! la PGR atrajo el caso; la Procuraduría Federal de Protección del Ambiente, brillantísima por su ausencia permanente, ha decidido intervenir; y se mandó llamar incluso a un puñado de militares armados (para no distraerlos de su tarea principal: la guerra antidrogas de felipito). Es obvio que al gobierno le conviene sobremanera la existencia -real o al menos, el rumor real- de una banda piromaníaca que lo exima de su responsabilidad directa en el devastador incendio.
Resulta sintomático entonces que, así como ocurrió en el episodio de los flamígeros narcobloqueos, el gobernador emily permanezca escondido en Casa Jalisco, bajo la cama, a la espera de que una autoridad de mayor rango (por ejemplo, el veleidoso secretario Elvira, de Semarnat) le dicte la versión oficial del desastre natural sin incurrir en contradicciones o yerros, pues corren tiempos electorales y salir a hacer el ridículo tendría letales repercusiones en el mojado PAN.
Si algo cobra nitidez en este momento, entre la humareda, es la necesidad urgente de definir la catástrofe, pues la fuente oficial es insuficiente (incluidos los medios de comunicación convencionales). Adviértanse en cambio, las redes sociales (Facebook, twitter) que arden de indignación e impotencia, pues no hay quien defina el significado social de un desastre natural cuyo responsable, cruzan los dedos las autoridades, es una banda piromaníaca o, en último caso, las llamas por sí solitas. No hay cabida para críticas, pues lo urgente es apagar el fuego ya. De acuerdo, pero, ¿cómo? En la respuesta se cuela el sesgo político.
En efecto, como las hojas abrasadas de los árboles, flotan muchas interrogantes. Por ejemplo, ¿por qué se designó al Secretario de Desarrollo Rural como vocero y coordinador de la estrategia para sofocar el incendio? Porque en sus ratos libres se coloca el sombrerito de presidente del Comité Estatal de Prevención -se repite- Prevención y Combate de Incendios Forestales, desde donde declara misterioso: "el Bosque tiene muchos enemigos", dice mientras patea la bolita de fuego lo más lejos posible de funcionarios dobleteros e ineficientes del gobierno panista actual. Pero, ¿y dónde está el Secretario del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, un tal Héctor Gómez? ¿O no se considera al Bosque de la Primavera parte del Medio Ambiente? Amiguismos del gobernador aparte, ¿es el rural Álvaro García Chávez (acusado de desvío de fondos a ranchos de su familia) la persona más competente en cuanto al Bosque de la Primavera? Si es así, ¿por qué hasta ahora nos enteramos? ¿Alguna vez se le ha escuchado farfullar algo sobre sistemas de prevención de incendios en el bosque, por ejemplo? Por su parte, los casi 700 brigadistas -consagrados ya como héroes en las redes sociales- que combaten las llamas, ¿son los que deben ser? Esto es, ¿son voluntarios o profesionales competentes? ¿Saben cómo se apaga un incendio forestal? ¿Conocen el bosque? ¿Cómo saber si eligieron la estrategia adecuada?
Importa entonces, definir con precisión la catástrofe, pues incluso, de existir de veras la banda de piromaníacos malandros, ¿no hay un fideicomiso del Bosque de la Primavera que cuenta con una Dirección Ejecutiva a cargo de José Luis Gámez Valvidia, a quien se le paga un sueldo para cumplir y hacer cumplir la normatividad en Zonas Naturales Protegidas ? ¿Por qué no denunció antes, mucho antes de la catástrofe, a la banda de fraccionadores piromaníacos empistolados que pretenden incinerar el bosque? Gámez Valdivia devenga salario oficial como supervisor (super-pre-visor) del bosque; debe por tanto, conocerlo hasta en sus parajes más recónditos. ¿Por qué no detectó el origen del incendio a tiempo y a tiempo dio la señal de alarma?
Por la ausencia de una definición de la catástrofe, se insiste, es que la organización espontánea de los ciudadanos con intención de ayudar, enfrenta dificultades para coordinarse adecuadamente, pues diríase que cada grupo (si no es que cada persona) define y por tanto, entiende y pretende controlar la catástrofe de distintas maneras, lo que ocasiona que se propongan y contradigan distintas formas de cooperación (ayer mismo, las autoridades pedían que ya no se enviaran más alimentos y bebidas a los brigadistas).
Por un vacío de autoridad o negligencia se ha ocasionado un desastre natural terrible; por un vacío de autoridad o negligencia del propio gobernador, máxima autoridad del estado, se abre la puerta a la protesta social que exige saber por qué el Bosque de la Primavera es en estos momentos, sede del infierno.

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