lunes, 19 de marzo de 2012

¡Viva(ldi) la Prima-Vera(no)!... o primera fase del verano

De Antonio Lucio Vivaldi (Venecia, 1678- Viena, 1741), virtuoso del violín conocido como el Cura Rojo, no por comunista (impensable en la época) sino por pelirrojo, no existe ningún retrato válido salvo la caricatura del artista romano Pier Leone Ghezzi. La música barroca de Vivaldi (¡adviértase cómo el violín tiembla sutil y casi chilla en el movimiento de apertura conocido como allegro -¡y vaya que es alegre!- para dibujar las espirales, volutas y retorcimientos intensos, espesos de la vegetación!) se volvió por desgracia un lugar común inaudible como ¡música de fondo!, en elevadores y antesalas: urge entonces afinar el oído y re-escuchar al veneciano -Homo aquaticus- de nuevo. Vivaldi murió pobre y casi desconocido, pero su supervivencia musical se debió a la serie de 12 conciertos que compuso en 1723, con el título de "Concurso entre la Armonía y la Creación". Los cuatro primeros conciertos se compilaron y publicaron en 1725, como Opus 8, escritos para violín solista, orquesta de cuerdas y clavecín, popularmente conocidos como Las cuatro estaciones. La güerita con minifalda cuadriculada de lentejuelas multicolores y moño verde-que-te-quiero-verde, es Julia Fischer (Munich, 1983), violinista principal, que inicia, como hoy, con La Primavera:

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