viernes, 30 de marzo de 2012

El jurista lúcido y el cura oscurantista

Jorge Carpizo McGregor (Campeche, 2 de abril de 1944- DF, 30 de marzo de 2012)
- cartón del 13 de febrero de 2003
- cartón del 20 de mayo de 2003
- cartón del 12 de septiembre de 2003
- cartón del 8 de enero de 2004
- cartón del 24 de mayo de 2004
Falleció a los 67 años, el gran jurista y valiente funcionario público, Jorge Carpizo McGregor, quien conjugó la figura del académico y el político. Podrá resultar polémica su colaboración con el gobierno de Salinas de Gortari, pero conviene aclarar que Carpizo jamás se arredró ante los poderes fácticos como el de la soberbia Iglesia católica, a la que enfrentó en la persona del cardenal y ahora ex-arzobispo, Juan Sandoval Íñiguez, o de la mismísima UNAM, de la cual fue severo crítico como rector.
A propósito del asesinato del cardenal Posadas, que Sandoval y la ultraderecha panista calificaron desde siempre, y sin pruebas, de homicidio producto de un complot de Carpizo y Salinas (este caricaturista preguntó entonces como ahora: ¿qué interés tendría un gobierno en asesinar a un cura cómplice del poder político y económico como lo fue Posadas Ocampo, desinteresado de las causas humildes y cruciales como la explosión del 22 de abril de 1992, el Pemexazo, momento en que el entonces cardenal Posadas fue indiferente hacia los damnificados; se insiste: si Posadas gozó a tope las mieles del poder, ¿por qué causa merecía dizque ser acribillado y elevado torpemente por el gobierno, al rango de mártir, categoría muy apreciada por la sadomasoquista Iglesia católica?), Carpizo debatió públicamente en TV con el ahora candidato panista a gobernador, Fernando Guzmán Pérez Peláez (a) Melapeláez, que con espuma homofóbica en la boca y a falta de razonamientos, denunció al jurisconsulto como "miembro del club de la manita caída". A Carpizo siempre le asistió la razón: la ultraderecha a falta de argumentos propala rumores que disfraza de dogmas.
A continuación se presenta una somera relación de los enfrentamientos (que resultaría ideal llamar intelectuales, pero con Sandoval de por medio, sería una errata) públicos entre Sandoval y Carpizo. Respecto al maestro en Derecho no se apela a la hueca fórmula de cortesía: "descanse en paz", pues sería tanto como admitir la falacia de que: a) existe un alma; b) es inmortal; y c) tiene opción de deambular sin paz, inquieta y angustiada; o bien, relajadita, en bici y "en paz" por la Vía Recreativa celestial. (MFM)

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La historia de la confrontación pública entre el abogado Jorge Carpizo McGregor y el cura Juan Sandoval Íñiguez comienza después del 24 de mayo 1993, cuando el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, entonces arzobispo de Guadalajara, fue asesinado a tiros junto con otras seis personas en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara.
El estado Vaticano designó como su sucesor al cardenal Juan Sandoval Iñiguez, quien desde el primer momento de su nombramiento se comprometió a esclarecer el caso del asesinato.
La Procuraduría General de la República (PGR), a cargo de Jorge Carpizo McGregor atrajo la investigación del caso y determinó, horas después del asesinato, que el purpurado tapatío había muerto víctima de un fuego cruzado entre bandas del narcotráfico.
Una semana después, Carpizo ofreció una nueva versión de los hechos conocida como Nintendo por explicar de manera interactiva que, contrario a la primera versión, Posadas había sido asesinado por gente del cártel de los hermanos Arellano Félix, quienes confundieron al cardenal con el narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, a quien tenían la orden de matar.
La Iglesia católica, representada por Sandoval Iñiguez, rechazó el dictamen de la PGR y señaló en todo momento que la muerte de Posadas se debía a un crimen de Estado basándose en la información que tenía sobre los vínculos de políticos mexicanos con capos del narcotráfico mexicano.
Casi cinco años después representantes del gobierno federal, estatal de Jalisco y de la Iglesia católica, integraron el 8 de julio de 1998 una Comisión Interinstitucional al frente de la cual se puso al panista Fernando Guzmán Pérez Peláez, para dar seguimiento al caso Posadas.
Tras 10 meses de investigaciones, la Comisión ofreció una primera conclusión, dejando atrás las anteriores y determinando que un tercer grupo de narcotraficantes habría convocado a las bandas rivales —de los Arellano Félix y del Chapo Guzmán— para propiciar un enfrentamiento entre ambos, y en medio de ese suceso dar muerte al cardenal.
En ese entonces, el cardenal Sandoval Iñiguez denunció en entrevista con medios locales a Carpizo de manipular la investigación y de ocultar pruebas, como la copia de un video grabado el día del asesinato de Posadas en el aeropuerto.
Carpizo entonces acusó a Sandoval de calumnia, lo retó a someterse al detector de mentiras y le pidió a la PGR citarlo a declarar.
"Que se llame a declarar al arzobispo apercibiéndolo de las sanciones en las que incurren los que declaran falsamente… No llamar a declarar ministerialmente al arzobispo Sandoval sería colocarlo por encima de la ley y debe ser la PGR para que no vaya existir ninguna sombra de parcialidad", escribió Carpizo en una carta dirigida al entonces procurador Jorge Madrazo.
En 2002, el exprocurador publicó un libro titulado Asesinato de un cardenal, ganancia de pescadores, en el que acusó a autoridades judiciales del nuevo gobierno tanto panista federal como estatal de Jalisco, de pertenecer a la ultraderecha y consentir los dichos y acusaciones de Sandoval.
El arzobispado de Guadalajara respondió en un comunicado de prensa que Carpizo "trata de distraer la atención y de enturbiar el agua en el caso del asesinato del Cardenal Posadas".
Los enfrentamientos de Carpizo contra Sandoval por el caso Posadas viraron hacia la figura de Fernando Guzmán Pérez Peláez, quien en su calidad de secretario general de Gobierno representó al Ejecutivo de Jalisco en la Comisión Interinstitucional, denunció ante la PGR al exprocurador por ocultamiento de información en la investigación del asesinato.
Ambos sostuvieron un par de debates en medios de comunicación en el que cada uno defendió hipótesis distintas en la muerte del cardenal.
Al año siguiente, Carpizo llamó "cuarteta infernal", al cardenal Juan Sandoval, a su abogado José Antonio Ortega, a Fernando Guzmán Pérez Peláez y a la entonces subprocuradora María de la Luz Lima Malvido, por haber falsificado pruebas en la investigación del caso Posadas.
Días después, el exprocurador entregó un documento confidencial a la PGR para que se investigara a Sandoval por promoción de casinos y lavado de dinero dada la relación del prelado con José María Guardia, empresario de casinos y casas de apuestas en Ciudad Juárez cuyo obispo era entonces, Sandoval.
-cartón del 15 de agosto de 2006, cuando cae el agente del FBI que recibía sobornos del empresario Guardia
"Eso es ridículo, son calumnias muy burdas. Ya no halla este señor ni qué decir", respondió Juan Sandoval Iñiguez en entrevista con una televisora local, pero el empresario del juego, Chema Guardia, huyó a La Habana.
En el décimo aniversario de la muerte de Posadas, Jorge Carpizo envió una carta al entonces papa Juan Pablo II pidiéndole tomar medidas para evitar que Sandoval "continúe lucrando con la justicia y la fe, al sugerir que el homicidio se debió a un complot".
Las denuncias ante tribunales también siguieron y en junio de 2003, el exprocurador demandó ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal a Sandoval por calumnia y difamación.
En septiembre de ese mismo año, la PGR inició una averiguación en contra del cardenal Sandoval por presunto lavado de dinero, delito del que después lo exoneró, mientras que Fernando Guzmán Pérez Peláez acusó a Carpizo y al expresidente de México, Carlos Salinas, de estar detrás de la "grotesca acción".
Sandoval calificó de ridícula la acusación, pero de inmediato buscó refugio en el rancho del presidente panista Vicente Fox a quien exigió protección contra Carpizo; en el encuentro, el entonces procurador militar, Macedo de la Concha, ofreció frenar cualquier averiguación en contra del cardenal Sandoval.



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