domingo, 11 de marzo de 2012

Dos tipos de cuidado

Echándose porras mutuamente a propósito del asalto militar a Zapopan, el presidente y gobernador panistas salientes supervisaron los trabajos de la 'central hidroeléctrica' (vulgo presa) en la Yesca, entre Jalisco y Nayarit
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Contexto
En marzo de 2008, el Presidente felipito visitó el lugar donde se construye la Presa La Yesca, con una cortina de 220.5 metros de altura, a 105 kilómetros de Guadalajara, pero en territorio de Nayarit. La obra, que costará 767 millones de dólares y aportará 750 megawatts (15% del consumo de electricidad de Jalisco), se complementará con las presas de Agua Milpa y El Cajón. Para su edificación, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), responsable de la obra, prometió la creación de 10 mil empleos, una parte para los habitantes de Hostotipaquillo.
Situación
Los hombres se sienten engañados porque la Comisión Federal de Electricidad (CFE) les llenó el oído de promesas a cambio de que aceptaran la construcción de la Presa La Yesca. Pero a las mamás lo que más les preocupa es que desde que llegaron los más de cinco mil trabajadores a la obra, se incrementaron las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos en adolescentes se duplicaron, “porque muchos son ingenieros que le hablan bonito a las chiquillas y ellas caen”, precisa la médico municipal Adriana Pérez.
Y es que una de esas “mentiras” que los emocionaron hace más de cuatro años es que darían trabajo a la gente de la región y que ya no sabrían qué es la pobreza. Pero la supuesta derrama económica mutó en “derrama” de alcohol y problemas sociales como violaciones y contagios, asegura el presidente municipal, Hugo Moreno Miramontes.
Lo más común, dice Adriana Pérez, es que en el Centro de Salud se acaben las fichas porque la población de Hostotipaquillo aumentó de 10 mil a 15 mil habitantes con los empleados de la CFE. Además de las enfermedades de trasmisión sexual, el alcoholismo y la drogadicción aumentaron entre los jóvenes, por lo cual los médicos se la pasan atendiendo heridos por riñas, intoxicados etílicos o accidentes viales.
Promesas
Así como de chamacos conquistaban a las muchachas, así mismo los conquistó la CFE y todos firmaron para permitir la construcción de la hidroeléctrica La Yesca, “porque de plano la pobreza estaba dura”. Y nomás les dieron lo que querían, y no volvieron, cuentan a varias voces más de 15 ejidatarios de Hostotipaquillo, que completan las frases unos con otros, porque sus historias y su enojo son idénticos.
“Aquí vivimos del cacahuate y el maíz, y pues las cosas en el campo no están muy buenas. Nos dijeron que si firmábamos todo iba a mejorar, iba haber mucho apoyo, mucho empleo, muchos caminos... y luego se desaparecieron. Se supone que el ejido acordó vender algunas hectáreas y que nos indemnizarían, pero ya nunca volvieron para ver cuánto dinero nos iban a dar”, contó Ernesto García del ejido de Sandomingo.
Las tierras que se inundarán con la presa son de cuatro ejidos distintos (en los cuales habitan alrededor de dos mil personas) y con ninguno han terminado el trato. Al principio estaban “deslumbrados” y ahora que lo piensan mejor, saben que la pestilencia del Río Santiago se las van a llevar al lado de sus casas, después de que suban los niveles del agua por la hidroeléctrica.
“Nos ilusionaron y ahora vemos que son la Comisión Federal del Engaño. Estábamos alborotados como las novias y a la hora de la hora fueron puras palabras. A los poquitos que les dieron trabajo, les pagan mil 300 pesos diarios, por 14 horas. Y ahora pensamos que si no nos cumplen, que nos dejen las tierras como estaban, porque ya no vamos a tener a donde llevar el ganado”, reflexiona Marcelo Rojas, de la cabecera municipal.
(fuente: El Informador)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dupla de pendejos