miércoles, 17 de agosto de 2011

Ni no

No queriendo contagiar a nadie más con mi inesperado sentido del humor, me retiro por la puerta de atrás,
Atontamente,
Ninel Cunde


¿En dónde reside la fuerza del humorismo involuntario (o el humor que no se atreve a decir su nombre)? En el mismo punto donde fracasa la voluntad estética del cursi. Se trata en efecto, tanto en el caso del humor-telojuroquenoerachiste como del cazador-de-qué-bonitos, de una voluntad que no da en el blanco, pero aunque yerra su objetivo da en otro menor: el ridículo generalizado, pero agradecido por el buen rato. Es el caso de Ninel -sic de doble negación- Conde (Naucalpan, 1976), víctima de su propia imagen -positiva o negativa, da lo mismo mientras se obtenga el bien supremo: publicidad- que a su vez, deriva del lugar común o ecuación popular: a más y mejores formas corporales, menos y peores formas mentales. Ninel es la guapa, pero tonta; la actriz, pero de TV mexicana; la cantante, pero intérprete cuyas letras nadie escucha porque todos prefieren verla; y finalmente, gesto intelectual audaz, la usuaria de Twitter que se prodiga en formular pensamientos y expresar buenos sentimientos: "oremos por las víctimas del surimi ". La intención de la frase era buena, pero el daño está hecho: Ninel escribe mocosuena. "¿A dónde se fueron los mayas? A Mayami". En las redes-sociales caen todo tipo de pececillos multiformes y multicolores, pero la especie más común pertenece a la tradición oral que baja en forma escalonada de la TV comercial (pleonasmo) hacia el mensajito condensado vía celular o Black-berry, hasta alcanzar finalmente la vastedad del interlocutor equivalente a público de estadio de futbol: Facebook o Twitter. Dicha especie posee un sólo sentido: el del oído. Por ende, redacta como se habla, como se escucha, como suena (mocosuena); es decir, el escribano de la Red-Social es onomatopéyico: escribe y lee sonidos, nunca palabras. Así, lo que en un principio se consideró idioma particular de la tribu adolescente de los Weynomanchs, es ahora idioma universal feisbukero y tuitero cuya sacerdotisa suprema es la Conde: "su avión viene demorado/¡Ay, mi color favorito. Tq1ch".

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