martes, 16 de agosto de 2011

Telarañas de la adolescencia

Al crear a Spider-Man o el Hombre-Araña, en agosto de 1962, Stan Lee y Steve Ditko eligieron la figura de un adolescente huérfano, Peter Parker, educado por sus tíos (luego, un ladrón asesinará al tío Ben y sólo quedará la tía May al frente del hogar). Amén del disfraz que oculta la complejidad de un personaje masculino caracterizado por el prominente género femenino de la araña, la ausencia de progenitores impulsará al huérfano a ansiar, anhelar y finalmente a generar, tejer, trenzar obsesivamente todo tipo de lazos, redes, nudos, hilos,... telarañas con las cuales atrapar el cariiño que le permita sentirse aceptado (su autoestima pende de un hilo) no obstante su enredosa, enmarañada personalidad.

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