Algo desconcertados, pero con disciplina, los alumnos se abocan a redactar las argumentaciones que prueben la inexistencia de la silla. "Tómenlo con calma, disponen ustedes de 45 minutos", avisa el profesor recargado en la ventana con aire desafiante. Pero, no bien ha terminado la frase, cuando un alumno, al final de la hilera de mesabancos, se pone de pie y ante el asombro de sus compañeros, antes de abandonar el salón, entrega su texto al maestro.
Al cabo de una semana, se entregan las calificaciones. Y para sorpresa de todos, el alumno que entregó el examen en diez segundos, obtiene la mejor nota. Su respuesta fue: "¿Qué silla?".
PD- el profesor podría haber formulado la pregunta aún más difícil:
"demuéstrenme que esta silla existe, por qué es real, por qué no es otra cosa o incluso por qué no es nada".
"demuéstrenme que esta silla existe, por qué es real, por qué no es otra cosa o incluso por qué no es nada".
1 comentario:
wow,jaja no se me hubiese ocurrido o__0
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