miércoles, 20 de abril de 2011

Distopía

Autopía: reintegrar el automóvil a la Naturaleza
En las condiciones actuales, la industria del automóvil (y todos las máquinas automotoras) va estrechamente ligada a la industria del petróleo o de la gasolina. No es posible imaginar la una sin la otra. Con la progresiva conversión de las ciudades en megalópolis (o, si se prefiere el eufemismo, en zonas metropolitanas), el automóvil va reemplazando progresivamente al ser humano como medida de todo lo urbano. Así, la utopía de la ciudad como convivencia fraternal en un espacio de coexistencia pacífica, a ritmo relajado, estimulante de las mejores expresiones humanas, cede ante el concepto atroz de la distopía o el peor de los mundos posibles, opuesto precisamente al sueño de un mundo feliz de la utopía. Con el automóvil como máximo símbolo de prestigio, artefacto situado en el rango más alto de la escala de valores (y más que autos, de vehículos monstruosos que afean, manchan el horizonte -la mancha urbana original: Hummers, Jeeps, camionetas de Ñoras Todoterreno, Narco-Lobo-del-Hombre-pick-ups, juniormóviles blindados con vidrios ahumados seguidos por una caravana de autos repletos de guaruras armados hasta los dientes; y por supuesto, los destartalados, rugientes, negro-humeantes, cajones metálicos, vulgo camiones urbanos, técnicamente ganado en transporte público), la realidad vigente se aproxima poco a poco a la pesadilla distópica que muestra la película Mad Max (1979), de George Miller, donde el mejor lugar para vivir es ¡un pozo petrolero con gasolinera!, y sólo quedan dos mecanismos de supervivencia inhumana: el auto y la gasolina.



Todos tras el señuelo de un camión cisterna o pipa de gasolina

3 comentarios:

ponytile dijo...

http://www.milkandcookies.com/link/51233/detail/ buen video

Anónimo dijo...

esta fue la primera película que me alucinó, por su estética del desastre, la violencia primaria y las estrategias de vida de la gente común. Sin las exageraciones de heroicidad, era un reflejo de las tensiones en colonias pobres, como Santa Cecilia, donde vivía entonces

Anónimo dijo...

Posmetrópolis las llaman algunos. Sin auto y sin gasolina. De acá escucho cómo reparan la calle para contener el tráfico.